Capitulo 16- Bestia interior

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Aries lo primero que pensó al abrir sus ojos en un lugar que apestaba a animales fue que los monos lo habían secuestrado. Lo segundo, al ver a Sagitario más grande con una barba, fue que los monos lo habían hecho viajar en el tiempo. Lo último fue que se había golpeado la cabeza con mucha fuerza, cuando su compañero casi amigo, le dijo "hijo".

— Mamut empedernido, ¿Donde estoy?— dijo al final para levantarse de la cama e ir directamente hacia Sagitarios quien simplemente lo miraba confundido— ¿Quién eres y que le has hecho a mi niño de cabellos verdes largo?!.

— Aries, ¿Te encuentras bien?, Soy yo, tu padre, ¿Quieres un té?— preguntó el señor quien supuestamente es Sagitario

— Es imposible que seas mi padre, exijo prueba de ADN, esto es peor que saber que soy adoptado, alguien que me explique que pasa aquí.

Y como si su petición fuera orden se chocó contra una estantería que lo hizo retroceder callendo en el suelo delante de un espejo. Se miró la ropa de pueblerino y eso hizo que mirara a los alrededores de la casa, era bastante humilde, desvío la mirada a su supuesto padre, vestía la ropa antigua francesa de un mercader de los mares.

— ¡¿Estoy en Francia?!.

— Ay Aries, mi bello niño, al parecer te distes muy duro cuando huias de los acosos de Capricornio.

— ¿Yo huir de esa rata mutante y con poder de superfuerza?, Ni que fuera Leo... Por cierto...— se quedó en silencio, no escuchaba ninguna emoción, no sentía nada, eso hizo que se levantara— ¿Escuchas eso Sagitario?, Yo tampoco, ya no hay emociones.

— Mejor llamo al doctor.

— No!— suspiró, realmente aún no comprendía del todo la situación, pero era evidente que no se encontraba en su mundo, así que debía comportarse lo mejor posible— Yo solo tuve... Ehm... ¿Cómo se le llama?, Sobrecarga de emociones.

El padre lo miraba aún con sospecha, pero al verlo la sonrisa amplia del ariano no tuvo más que aceptar y acariciarle el cabello a su supuesto hijo. Para Aries fue la cosa más difícil de asimilar, Sagitario tenía una barba y unos cuarenta años, pero podía deducir que es su amigo por el particular tono de voz y de cabello.

— Hoy voy a ir a los muelles, con el dinero que tenemos ahorrados veré si podemos comprar al menos un barco y volver al negocio, ¿Quieres que te traiga algo de mi viaje?— preguntó el Sagitario adulto, Aries miraba al hombre, algo se le hacia bastante conocido.

— No tienes que traerme nada, estoy bien— dijo tranquilamente mirando a su padre con una sonrisa.

— Vamos Aries, eres el único de tus hermanos que no me pide nada, al menos dime algún libro que quieras.

¿Libro?, Pero si a él no le gustaba leer, pensó el ariano, no le gustaba leer libros sin figuritas o lo único que toleraba eran los mangas y dudaba mucho que en la época que se encontrará eso existiera o al menos no en todas las bibliotecas.

— Una rosa— habló sin pensar, casi pareciera que algo lo forzaba a decir esas palabras.

— ¿Solo eso?.

— Si, dudo que aquí tengan el manga de One Pice.

Aries supo que la había vuelto a joder al ver la cara de Sagitario, el solo busco una escusa para evitar que su padre lo concidere un loco.

Al hombre salir de la habitación, el menor se quedó caminando alrededor de la habitación.

— Mi padre necesita dinero, tengo hermanos, un hombre me acosa, me gusta leer y pedí una rosa, ¿Dónde he visto algo así?— preguntaba entre muemuros cuando miró a la mesa de noche un libro y se acercó para ver qué era uno título: Le songe d'une femme— Ay mamá... Estoy en la historia de la bella y la bestia.

Recuerdos y DiferenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora