Capitulo 18- Deseo...

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Correr nunca fue lo del signo de tierra, realmente su elegancia y su estilo no le permitía sudar y menos ensuciar sus manos para robar comida, pero cuando la necesidad toca el estómago obliga a muchos hacer lo que nunca pensaron hacer ni en los sueños.

No piensen mal. Tauro no robo nada, él es mucho más que eso, el manipuló al vendedor de comida para que le dejara la carretilla completa.

Disfrutaba de su comida mientras veía a las personas pasando de un lado hacia otro buscándose su dinero lo más humildes mientras que otras ratas robaban para sobrevivir. Una de esas resultó ser Virgo, quien intentaba sobrevivir robando, el pobre no duraba mucho, la malloria del tiempo corría para no ser atrapado.

Virgo en un intento desesperado vio la carretilla que recién Tauro había estafado, pero no conocía que el toro era el original, con duda sujetó con fuerza el cuchillo escondido y se acercó rápidamente saltando entre las multitudes para intentar herir al toro, pero no sé esperó que esté lo esquivara.

- Cuidado o el próximo en ser herido serás tú rata- habló Tauro con un tono de frialdad sosteniendo una espada dejando la punta justo en la nuca de Virgo- No eres muy inteligente en este mundo...

- ¿Cómo que en este mundo?- con cuidado se fue girando para ver a Tauro- ¿No eres un Tauro de mentira?.

- ¿Virgo?- aún dudaba, no sabía si era una trampa del enemigo o si era real, pero al ver cómo el de cabellos blanco asentía lentamente bajó el arma- ¿Qué haces robando de esta manera tan bruzca? No eres así.

- No cómo nada desde hace tres días que me escapé del castillo- esas palabras confundieron al de cabellos revueltos- ¿Eres el príncipe que se escapó?.

- Si, quería encontrar la lámpara de los 3 deseos primero que Capricornio, pero Aries no me permitía que saliera, tuve que escaparme y siempre que pedía comida o algo me botaban o me trataban con desprecio, pensé que eras uno de los falsos por eso te ataque... Disculpa

Tauro se quedó en silencio y miró la carretilla, para al final señalarle con la cabeza que comiera lo que quisiera. Él nunca había leído historia de fantasía, pero conocía el contexto de la mayoría, al inicio le costó mucho saber dónde se encontraba, pero al ver a Virgo y escuchar de la lámpara lo supo, estaba en el mundo de Aladdin, con una versión bastante extraña.

Cuando despertó sin nada y nadie a su alrededor, sin su habilidad, solo, vagos recuerdos de su infancia habían vuelto a él, pensó que nunca volvería a ver aquello, pero no solo las habilidades desaparecen, poco a poco el escudo que los ancianos le pusieron en sus recuerdos para evitarles sufrimiento se rompían con lentitud o eso quería pensar el toro. Porque recordar no le fue grato, ese dolor en su pecho y el vacío que sintió por instante al punto de ver alguien morir y ser indiferente ante eso... Fueron sentimientos que no quiso volver a experimentar.

- Tauro. Ahora que estamos juntos, deberíamos buscar la lámpara y así pedir ser sacados de aquí- hablaba Virgo con una sonrisa, teniendo la mejilla y sus labios llenos de comida, el toro solo negó con la cabeza y con su misma ropa le limpió el rostro- Gracias.

- Vamos por la lámpara, aunque no creo que vaya a funcionar porque la magia no puede ser más poderosa de lo que el portador de la habilidad pueda tener- le explicó Tauro, aunque eso no pareció importarle mucho al contrario- ¿Sabes dónde está la lámpara de los deseos?.

- Si, tenemos que buscar unos camellos, así llegaremos más rápido.

- ¿Camellos?.

Esa idea no le gustaba mucho al toro, realmente nunca había montado uno y tampoco le había interesado hasta ese momento. Con duda siguió a Virgo quien parecía saber lo que hacía, ni había notado el cambio de personalidad inocente que tenía a una enérgica llena de ideas, ¿Que le había pasado exactamente?.

Recuerdos y DiferenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora