Alturas de vértigo

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Se acercaba nuestro segundo año y teníamos un plan en nuestras mentes, ya que el primer año fuimos al PortAventura este teníamos que ir a otro sitio de atracciones. Nunca había ido al Tibidabo y tuvimos la idea de ir en nuestro día.
El día comenzó yendo a las taquillas del Tibidabo, al lado del hospital Vall d'Hebron. No había cola y cogimos las entradas. A los 15 minutos llegó el autobús e iba un poco cargado de gente. Nos subió hasta un transporte nuevo que habían creado el año pasado, en forma de huevo. Arriba del todo ya estaba la entrada y la iglesia, decidimos entrar primero y después subir a hacer fotos.
No hicimos cola en casi nada menos en el pasaje de terror, habrían tarde y había ya 2 horas de cola.
Después de estar esperando tanto tiempo, por fin  pudimos entrar, íbamos con 5 personas más que estaban delante nuestra y un guía disfrazado ya nos metió dentro del hotel. Al comenzar todo era oscuro y aterrador y conforme íbamos pasando de habitación daba más miedo. Al final del trayecto nos perseguía Freddy Kruger con una motosierra encendida intentándonos matar. La gente salía chillando y corriendo como nosotros dos.
Al final del día, después de dialogar mucho con mi novia, decidimos que era en momento de subir a la atracción más alta del Tibidabo. Yo ya me encontraba un poco mal pero sería una experiencia nueva así que decidí cogerla de la mano e ir a la cola. Ya arriba del todo observemos todas las vistas, eran preciosas y justo nos pilló la hora del atardecer. Arriba hacia viento y no podíamos movernos por que no paraba de columpiarse y nos daba respeto. Al bajar estábamos un poco con la cabeza en las estrellas pero todo bien.
Fue un día espectacular, nuestro segundo año y bien celebrado había acabado con ese atardecer de película.

Amor ambiciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora