Amor ambicioso

Stich day

Nunca me había imaginado salir en pleno Barcelona de día disfrazado, o más que eso, en pijama.
Se acercaba nuestro primer San Valentín y al siguiente día era carnaval, esa noche me quedé a dormir en casa de la pareja de su padre y decidimos llevarnos el pijama de stich que ella me regaló. Parecía un día frío, pero no, se estaba muy bien, salimos y fuimos haciendo el tonto por el medio de la calle, iba dando votes y saludaba a todo el mundo, fuera en coche o andando, fuera pequeño o grande, pero me hizo muy feliz un niño pequeño que se me quedo mirando y le salude y se puso a reír, ahí me morí de amor. Siempre he tenido la idea de volver a hacerlo pero con caramelos para dárselo a la gente, y sobretodo, para los niños pequeños.
Ese día nos recorrimos toda Barcelona, literalmente. Nos perdimos por medio del parc guell, pero finalmente pude averiguar la ruta para volver a casa. En medio de tantos botes, también me lleve un peluche que se puso de moda y nos regalamos uno a cada uno, era un pulpo reversible y me marqué unos buenos pasos de baile. Ese día fue muy especial y volvería a repetirlo cada día.