Hacia 10 años que no pisaba la nieve, siempre que estaba nevando en casa de mi padre estaba en la de mi madre y cuando nevaba en casa de mi madre estaba con mi padre y así sucesivamente. Tenía la oportunidad de ver la nieve con mi novia y fuimos con su madre a Andorra un 22 de Enero del 2022. Mi familia no daba esperanzas en que estuviera nevado, ya que había nevado la semana pasada. Yo confiaba aunque mientras íbamos subiendo por Andorra se me iba apagando la esperanza. Decía de irnos pero paró en una tienda más arriba de Andorra. Esa tienda era de trineos y mi suegra preguntó si cerca había nieve, mis ojos no parpadeaban, esperando una respuesta de la dependienta. Al cabo de unos Segundos muy largos para mi, dijo que si. En ese momento mi boca no podía parar de sonreír y me puse a reírle a mi novia. Aprovechando que estábamos en la tienda de trineos, mi suegra nos preguntó si queríamos uno, nunca antes me había subido y tirado en uno de ellos. Finalmente elegimos un trineo rojo, precioso. Una vez subidos al coche empezamos a subir y subir por montañas hasta que llegamos a una pista de esquí, todo estaba llenísimo de nieve y mis dientes no podían tocarse por mi sonrisa de oreja a oreja durante todo el viaje. Nos paramos más adelante, en una bajada de nieve donde se podía estar y tirarse. Ahí disfruté como un niño, me tiré cincuenta veces y otras cincuenta veces con mi novia. Tras 2 horas de trineo decidimos ir a la pista de esquí a hacernos fotos para el recuerdo.
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