Capitulo 14 (Parte 2)

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Maratón 3/4

-Cantas muy bien.-Dijo con la respiración entre cortada, se había esforzado bastante en alcanzar la nota perfecta.

-Tu voz es hermosa. -Ya habíamos llegado a su casa

-Gracias, y... gracias por cuidarme en la fiesta... y perdona mi comportamiento ayer, que llegamos a tu casa, no fue mi intención besarte, ni dejarte esos mordiscos en tu cuello.

-¿Lo recuerdas?-Pensé que estaba lo suficiente ebria como para recordarlo.

-Si, recuerdo toda la noche, no estaba ebria del todo. -Me baje del auto para abrirle la puerta y dejarla en casa como le dije a su padre.

-¿Qué haces?

-Le dije a tu padre que te dejaria y eso estoy haciendo.

-Si, pero no es necesario que me dejes en casa como una niña pequeña cuando va al colegio.

-Se lo prometi a tu padre, ahora vamos. -Toqué
el timbre de su casa y a los instantes abrió su padre.

Claudio?-Dijo su padre.

-Si, soy yo, ahora, como se lo prometi... aquí
esta su hija, sana y salva.-A la puerta se iba acercando una mujer, supongo que es su madre, era alta, delgada, del mismo tono de piel de su hija, y muy bella debo decir. -¿Emilia? ¿El es Claudio? ¿El muchacho del que me hablaste aquel día? -Dijo su madre, Emilia la fulminó con la mirada.

-Mamá, papá, él es Claudio, el hermano de la chica a la que le di clases.

-Un placer conocerte. -Dijo su madre.

-Igualmente, señora Ruiz.

-Gracias por traerla, eres un buen chico, si nos necesitan estamos adentro.- Se marcharon al fondo de la casa, nos quedamos en la entrada, sólo ella y yo.

-¿Y bien? -Dije recostándome a un lado de la puerta.

-Nuevamente gracias, y fue lindo conocerte... Tal vez nos veamos en otra fiesta de los chicos o algo así.

-Si, claro, por supuesto, tal vez otro día. -Pobre, no sabe lo que le espera, imagino su cara al verme mañana en la escuela.

-Entonces, adiós.

-Adiós.- Caminé hasta mi auto ella todavía se encontraba ahi esperando a que me marchara, lo encendí y me perdí en medio de la calle.

Tomé mi celular y llamé a Silverio

-¿Hola?

-Silver, ¿estás en tu casa?

-Si, ¿vas a venir?

-Si, necesito hablarte sobre algo.

-Está bien, te estaré esperando.

-Estoy ahí en 3 minutos, Adiós.

Dentro de unos pocos minutos ya me encontraba en casa de Silverio.

-Claudio, dime, ¿que ocurre?-Habló el preocupado.

-¿Que tanto sabes de Emilia?

El solo sonrió

- Te gusta, ¿no es así?

-¡NO!

-Si no fuera así, no estarías preguntando por ella. -Me miró con un gesto de picardía en su rostro.

-Solo es curiosidad, ¿me vas a decir o no?

-Está bien, te diré...

Silverio me contó el pasado de Emilia, su infancia, su familia, su amistad, las carreras, el terrible accidente de su amiga, la promesa que le hizo, su ex novio.

-¿Ya aclaraste tus "dudas"?-Dijo haciendo comillas con sus dedos.

-Si, solo quería saber más de ella, es todo...

-¿Ya sabe que estudian en la misma escuela?- Dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

-No, mañana se dará cuenta.

-Muero por ver su cara.

-¿Como crees que reaccione? -Pregunté
incrédulo.

-Eh... lo mas seguro es que se enoje.

-No lo sé, tendré que asumir las consecuencias.

QUE COMIENCE EL JUEGO (CLAUMILIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora