capitulo 4

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― ¿Quién es mami? ―Pregunta mi hijo refiriéndose al hombre que nos observa a ambos y lo tomó de los hombros poniéndolo detrás de mí como si lo escondiera, pero está claro que el nuevo socio se ha dado cuenta de él.

La mirada del nuevo socio pasa de mi hijo hacia mí y puedo sentir como se eriza mi piel de la manera tan fría en la que me mira.

―Es alguien del trabajo cariño―Me doy la vuelta y tomo su mentón ― ¿Por qué no me esperas en mi oficina? Necesito terminar un asunto con el señor...

―Marshall―Murmura entre dientes ―Esteban Marshall.

¿Esteban?

¿Acaso dijo que se llama Esteban?

―Te llamas igual que yo―dice mi hijo poniéndose a un lado y sonriéndole.

Cierro los ojos para poder controlarme, no puedo creer que mi hermana me haya hecho ponerle ese nombre. Durante el embarazo me dijo que si era niño quería que se llamara Esteban, dijo que así se llamaba su personaje favorito de una de sus novelas y por esa razón decidí conservar ese nombre, no tenía ni idea que era el nombre del malnacido que se aprovechó de ella.

―Así que te llamas Esteban―Afirma acuclillarse para quedar de la misma estatura de mi hijo ― ¿Y tu apellido?

Me tensiono y tomo la mano de mi hijo jalándolo hacia mí.

―Cariño, espérame por favor en mi oficina―Le digo a mi hijo tratando de controlar la ira.

―Está bien―Dice ―Que tengas un buen día, señor Marshall―Se despide.

―Después me dices tu apellido―Le dice el señor Marshall antes de salir de la sala de conferencia.

―Ahora mismo me vas a decir por qué putas me has negado a mi hijo―Esteban me tomó del brazo y lo aprieta con fuerza dándome la vuelta.

―Suéltame ahora mismo― Me remuevo, pero él me empuja hacia la puerta que ha sido cerrada, enjaulando contra ella y sus brazos que ha puesto a cada lado de mi rostro.

―No te voy a soltar hasta que me digas de una puta vez porque me has negado a mi hijo―Dice ―Porque está claro que ese niño es mío ¿O lo vas a negar?

¿Cómo se atreve a hacerme reclamo cuando él ha sido el hombre que se aprovechó de mi hermana y la dejó tirada?

Lo empujó con todas mis fuerzas, pero es imposible y solo logró moverlo un poco hacia atrás, dándome el espacio suficiente para levantar mi mano y darle una fuerte bofetada haciendo que su rostro quede a un lado.

―Como te atreves a hablarme así cuando tú has sido el que me ha dejado tirada a mí como una estúpida―Digo tratando de mantener mi voz ―Aléjate de mí y de mi hijo, no tienes ningún derecho de reclamarme nada.

Observo como aprieta las manos y pienso que en cualquier momento me va a golpear, en ese momento se escucha unos toques y escucho la voz de mi madre.

―Cariño, ¿Está todo bien?

Me separo de la puerta y la abro.

Sin responderle a mi madre paso por su lado y camino de prisa hacia mi oficina, al abrir la puerta mi hijo está sentado en la silla dando vueltas y corro hacia él y lo cargo.

Necesito salir de aquí.

Voy hasta el elevador donde las puertas están abiertas, al momento de ingresar observo que mi madre y el padre de mi hijo pronuncian mi nombre y yo solo oprimo para que las puertas se cierren.

Abrazo a mi hijo con fuerzas, sintiendo las lágrimas bajar por mi rostro.

―Mami, ¿Qué pasa? ―Pregunta mi hijo y no respondo, salgo cuando las puertas se abren y corro hacia mi automóvil. Meto a mi hijo en su silla de seguridad y me subo a mí en el asiento.

― ¡Melissa! ―Escucho un grito que hace eco en el estacionamiento subterráneo.

Miro hacia un lado y Esteban acaba de salir del elevador y me mira con furia.

― ¿Qué pasa mami? ―Pregunta mi hijo asustado.

Enciendo el auto y acelero haciendo rechinar los neumáticos.

Observo por el espejo retrovisor como el socio de la empresa corría detrás del auto gritando mi nombre.


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