VI

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Breathe faster to waste oxygen


Conseguí una rosa. Era bastante linda, roja y fresca. La arranqué de un rosal que encontré en el borde de la institución, cerca del club de jardinería. No tuve remordimiento por exiliarla de su hogar, tendría un nuevo propósito pronto.

Le arranqué las espinas y envolví su tallo en un listón color azul. Raptor le dio el visto bueno, así que la dejé en el casillero de Mike junto a una nota. Me di el lujo de esperar cerca del lugar para presenciar su reacción, escondido fuera de su visa. "Por cada una de tus sonrisas, te obsequio una rosa". Una declaración improvisada y sin mucha coherencia, lo supuse por la forma en la que observó la nota, y luego la rosa adherida a ella.

—Te dije que iba a gustarle —alardeó Raptor después de alejarnos.

—En realidad no supe si fue de su agrado o no.

—¡Claro que lo fue! ¿Viste su cara o no? Ahora... Considera lo que te dije ayer.

Eso... Sonaba desquiciado. Pero en situaciones difíciles, había que recurrir a alternativas desesperadas.

Cuando llegué a casa, me encontré a mi mamá planchando su uniforme para su trabajo nocturno. Me miró con enfado en cuanto me escuchó llegar.

—Rubén, ¡te pedí que me hicieras el favor de lavar mi uniforme antes de que te fueras a la escuela! —me retó desde la sala—. No lo hiciste y cuando volví a casa, me confié y dormí todo el día. Ahora espero que se seque a tiempo.

—¿Me lo dijiste... ?

—Lo hice, Rubén. Bien claro.

—Lo olvidé, mamá. Perdón.

—Si, si. Siempre olvidas todo.

No lo había hecho con mala intención, me hirió que mi madre creyera que había sido lo contrario. Desde hacía tiempo tenía problemas para recordar cosas, para esas alturas ella debía saberlo. Aún así, no quise perturbarla más y me dirigí a mi destino.

Mi madre se desvivía trabajando en una tienda de autoservicio en el turno de la noche. Y cuando las cuentas faltaban en casa, se veía obligada a cubrir horas extras en el turno de la tarde, por lo que dormía poco y yo debía ocuparme de los asuntos en la casa. Suponía que era mi pago por no dejarme trabajar a mí con tal de centrarme en mis estudios. Era difícil verla sobreexigirse a ella misma, pero le agradecía por evitarme todo ese estrés. Dudaba haber sobreviviendo de lo contrario.

Llegué al sótano y puse atención a cada esquina de la habitación. Era pequeño, pero suficiente. Aunque debía hacerle unos ajustes primero.

adore u // mikembaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora