TIMBA,
pon atención.
Oh sí. Lo último que recuerdo de esa mañana catastrófica, fue que me encontré con el mismo policía que por la noche me llevó a mi casa con Mike. Ya habían pasado horas desde que salí huyendo de casa, y después mamá me contó que para entonces ella ya había encontrado a Mike en el sótano y había aclamado ayuda a la policía para encontrarme.
Yo no estoy seguro de cómo pude sobrevivir hasta ese momento, pues recuerdo que me encajé en las muñecas un cuchillo que robé de la cocina para no andar vagando sin compañía. Tuve una crisis terrible en ese momento, yo lo describiría como el día que más dudé de mi existencia. ¿Lo entiendes? Porque de pronto me di cuenta de que las personas con las que convivía sólo yo podía verlas, que todo el tiempo mis compañeros de la facultad me veían hablando solo por los pasillos. Por eso me llamaban rarito.
Miguel fue un santo conmigo, porque a él no le importaron los rumores que había sobre mí de que estaba loco. Y Javier, su novio, en realidad nunca lo maltrató. ¿Te sorprende? En realidad Miguel convenció a su familia de transferirse a su misma ciudad para vivir juntos. Ellos son muy dulces. Y el único error de Miguel, fue ser demasiado amable conmigo.
Pero volviendo a esa mañana, no estoy muy seguro de si logré sobrevivir de suerte o de milagro, sólo sé que si no hubiera pasado por ese momento de tensión intensa, probablemente ahora seguiría viviendo sin saber que padezco este trastorno tan raro. Así que de cierta forma, lo agradezco.
Lo único que espero es que Mike pueda perdonarme algún día. Le hice pasar una noche de terror, ¿verdad?
—Lo que vivió fue aterrador para él, sí. Pero te sorprenderá escuchar que Miguel comprendió tu trastorno, él no te guarda rencor en absoluto y de hecho ya te ha perdonado —me cuenta la doctora, mientras termina de evaluarme. Al mismo tiempo, escribe algo en su enorme libreta de apuntes—. Miguel junto a Javier han venido varias veces a preguntar cuándo podrán pasar a visitarte, y estoy segura de que es algo que a ti también te gustaría... Pero el tiempo de espera depende de ti, de que respondas con sinceridad las preguntas que te hago. Eso mejorará tu calidad de vida, Rubén.
Asiento, sintiéndome cohibido ante su mirada intensa. Sé que no es un regaño, pero lo tomo como uno. Vivo bien aquí en el psiquiátrico, las enfermeras son muy buenas conmigo y la medicación me ayuda a controlar mis alucinaciones. Lo mejor que puedo hacer es ser obediente.
—Bien. Me gustaría saber una última cosa para dejarte ir —dice la doctora, viéndome con precisión y cuidado—. ¿Estás viendo a alguien más aquí en la habitación, aparte de mí?
Dile que no.
El susurro de Raptor me desconcierta un poco. Él está detrás de la doctora, mirándome fijamente y sin la mirada de protección que tiene la mujer. Él es mi mejor amigo, y aunque la mayoría de sus ideas son cuestionables, no puedo borrar de golpe todos los años de amistad que pasamos juntos. Me está costando deshacerme de él más que a los demás chicos, al igual que Mayo.
Por desgracia o por fortuna, aunque no quería deshacerme de Mayo, él fue el primero que se fue.
—Rubén —la voz de la doctora me devolvió a tierra—. ¿Estás viendo a alguien más aparte de mí ahora mismo?
—Atácala —insistió Raptor.
Inspiré hondo, en busca de la serenidad que perdí algún día sin saberlo. Deseaba encontrarla pronto.
—Sí, doctora... Sigo viendo a mi mejor amigo.

ESTÁS LEYENDO
adore u // mikemba
Fanfiction: Por cada una de tus sonrisas, te obsequio una rosa. Timba vive sin saber cómo hacerlo, vagando en el mundo en busca de respuestas y de motivación. El día que sus deseos se manifiestan en forma del muchacho más perfecto que alguna vez ha...