𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 5

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“Sus ojos en el cielo alumbrarían tanto los caminos del aire que hasta los pájaros cantarían ignorando la noche”

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“Sus ojos en el cielo alumbrarían tanto los caminos del aire que hasta los pájaros cantarían ignorando la noche”






















Casana observo fijamente a Aemond. No esperaba verlo tan pronto después de lo que pasó, él parecía algo contrariado, pero le dio un intento de sonrisa.

—Pediría permiso, pero ya entre.

—Pedir permiso seria lo apropiado —dijo Casana. Aemond sonrió un poco más.

—Tú crees que muchas cosas son inapropiadas.

Casana frunció el ceño cuando lo vio entrar más a la habitación y sentarse lejos de ella en la cama. Más bien, el príncipe no tenía idea de lo apropiado.

—¿Qué dijo el Maestre?

—Que estoy bien, no inhale suficiente tiempo el humo como para qué causará un daño, así que solo necesito descanso.

Aemond jugueteo con la caja de madera que llevaba en las manos, era pequeña y delgada.

—Mi Padre el rey dijo que cuando eligiera una esposa debía entregarle esto—dijo Aemond mirando la caja—no habla mucho conmigo, así que sus consejos suelo tomarlos. Ahora es tuyo. Como una muestra de mi compromiso hacia ti.

Aemond se lo extendió y Casana lo tomo con calma.

—Porque seré tu esposa—susurro.

—Serás mi esposa.

Casana puso sus dedos en la fina madera y él la observó a su único ojo sano. Sabía que a Casana no le emocionaba la idea de casarse, pero era lo mejor que podía ofrecerle.

—Solo hablamos una vez de manera decente y ahora quieres que sea tu esposa. 

Aemond se encogió de hombros.

—Eras la menos insoportable.

Casana sonrió un poco.

—Y la que nunca te presto atención.

—Algo ofensivo, si me preguntas, no fue apropiado.

Casana ahora sí le dio una sonrisa completa.

—Todas ellas deben odiarme.

Era verdad, seguro sus hermanas maldecía su nombre, Casana no había hecho nada de lo que le había pasado apropósito y de repente ella sería quien se comprometería con Aemond cuando la idea ni siquiera había pasado por su mente.

—¿Qué importa?, ellas ya no podrán hacerte daño. Nos iremos mañana.

Casada bajo la mirada a la caja, no esperaba irse tan pronto y aunque talvez era un alivio, no pensó que dejaría ese lugar tan rápido.

𝗟𝗜𝗩𝗘 𝗙𝗢𝗥𝗘𝗩𝗘𝗥 | 𝗔𝗘𝗠𝗢𝗡𝗗 𝗧𝗔𝗥𝗚𝗔𝗥𝗬𝗘𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora