Capítulo 4

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Primera impresión

Sabado/17 de Julio

Se escuchan pasos, enseguida se posa enfrente de la sala, es el señor de las fotografías, está totalmente empapado, la camisa de manga larga se le pega al cuerpo. Me voltea a ver y arruga el entrecejo.

-¿Tu quién eres?- su voz es ronca y siento un hormigueo en la parte baja de mi cabeza.

Me acerco a la mesita y dejo la taza en el plato, camino en su dirección.

-Disculpe, soy la doctora Olivia Aragón, vengo de parte de la clínica "Vida Animal", me informaron que se le adelantó el parto a su yegua, la examine y tuvo muy pocas complicaciones- extiendo la mano.

-Mmm si- me toma la mano dando un leve apretón- Y ¿el Alberto?

-El señor Alberto está de viaje con Elias- le digo de forma amable, él me mira de arriba para abajo.

-¿Ya está arreglado lo de la yegua?- se cruza de brazos.

-Si, era algo relativamente fácil, tuvo un macho, ambos están bien de salud, señor.

-Entonces ¿porque sigues aquí?- se escucha molesto.

-Mi auto se atascó, unos de sus trabajadores me dijo que...-me interrumpe antes de que pueda terminar.

-Así que, ¿la carcacha que está estorbando en mi entrada es tuya?- creí que había escuchado mal.

-¿Disculpe?- dije ingenuamente.

-Que tu pinche carro está estorbando- maldito malagradecido, ¿soy paciente? No en realidad no mucho y tampoco me dejo humillar.

-Pues mi estupido auto esta estorbando porque vine a salvar a tu yegua y a tu potro- no pongo ninguna expresión- y no estaría atascado si la estupida maldita entrada estuviera pavimentada- ok si, lo admito, tal vez necesito ir a terapia.

El solo se me queda viendo, y después de unos segundo su comisura se levanta.

-No sabes quedarte callada morrilla- es un sinvergüenza ruedo los ojos.

-Solo pagame y me voy- digo ya sin ganas de hablar.

-Ya le pagué a tu jefe- se vuelve a escuchar la puerta, ahora es el trabajador que me acompañó al establo. Mira a su jefe y luego a mí.

-Patron, no sabia que ya había llegado.

-¿Como ibas a saberlo si hay un auto en mi entrada? No pude meter la camioneta- le reclama

-A eso venía, doctora, la lluvia ya paró, será mejor que nos apuremos a sacar su carro, antes de que vuelva a llover- me dice amable.

-Si esta bien, muchas gracias- se da la vuelta y avanza a la puerta, yo lo sigo, volteo atrás cuando estoy por salir, ya no está, pero se escuchan los pasos por los escalones.

Avanzamos, hay otros dos hombres, están recargados en el portón.

-Muchachos, ella es la doctora que vino ayudar a la Catrina- me presenta.

-Mucho gusto, Olivia Aragón, para servirles- les saludo extendiendo la mano a ambos.

-El gusto es mío, me llamo David- al último que saludo me besa la mano, eso me incomoda bastante, aparto mi mano rápidamente.

-Ya deja a la doctora David, orale ven y ayúdame a sacar el carro, si no el patrón se va a enojar mas- ordena el señor, rapido se mueven, empujan en carro, con una tabla hacen palanca en las llantas delanteras, hasta que el carro sale.

Amor PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora