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10/04/1912:

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10/04/1912:


   Aquél barco era verdaderamente impresionante, los murmullos emocionados inundaban el lugar, casi se podía sentir una melodía con el sonar de las aguas.

  Daphne estaba emocionada, había visto barcos antes, pero jamás había abordado uno. Sintió un pequeño cosquilleo en el estómago, sin duda sería una gran aventura

– estas segura de que llevás todo? – un hombre mayor de prominente barriga le pregunto

– si abuelo, ya eh revisado la maleta unas veinte veces, y en todas has estado tu mismo presente para comprobarlo

– creo que realmente te falta algo

– estoy segura de que no – no pudo evitar ponerse nerviosa ante el pensamiento de que quizás, en efecto hubiera olvidado algo

– un recuerdo de tu querido abuelo – le mostro un hermoso collar, era de oro, con un hermoso amatista –  hubiera preferido un rubí, pero sé que es tu piedra favorita

– te amo abuelo – no pudo evitar un par de lágrimas escurrieran por sus rosadas mejillas

– te extrañaré

– volveré pronto lo prometo – unieron sus frentes

– espero sepas cumplir tus promesas, por qué me volvería loco sin ti – la relación con su abuelo era simplemente perfecta. era prácticamente una copia de su padre, ambos fríos y calculadores ante los demás, pero siempre devotos, y muy cariñosos con su propia familia

– tengo que irme – informo sin querer soltar la mano de su querido abuelo

– entonces vete – beso con ternura la mano de su nieta

Después de dejar un beso en la mejilla del mayor, abordo aquel imponente barco en compañía de su fiel amigo Perseus, un perrito Pomerania que amaba más que a su propia vida.

pero que belleza! – los constantes elogios por parte de los marineros que recibían a la tripulación, hacia Perseus, que a juzgar por las insinuantes miradas, era obvio que en realidad iban dirigidas a su dueña

  Daphne se sintió asqueada, odiaba que los hombres se sintieran en la total libertad de insinuarse únicamente cuando iba sola. Por qué claro, no tenían las mismas agallas de faltarle al respeto enfrente de un caballero

  El pequeño Perseus gruño cuando uno de ellos intentó acariciarlo, con la única intención de acercarse más a ella

pero que mal educado – se quejó el hombre al no conseguir su objetivo. La castaña por su parte sonrió satisfecha, a la vez que acariciaba la cabecita de su salvador

– bien echó – susurró felicitándolo

  El interior del barco era aún más ostentoso, lleno de lujos, y las personas en su interior eran igualmente ostentosas. Las mujeres pavoneándose con sus vestidos, y los hombres saludándose con hipocresía.

  Realmente Daphne hubiera preferido viajar en un barco común, pero su abuelo la convenció de que tenía que viajar en el mejor. Mandándola, sin darse cuenta, a la boca del lobo

  Era obvia la forma que que las damas la miraban, y murmuraban sobre el hecho de no estar casada, apesar de ya tener la edad

Y si bien a Daphne no podía importarle menos la opinión de los demás, era incómodo ver a toda esa gente metida en asuntos que no les correspondía.

  Despues de acomodar sus cosas en el camarote asignado, decidió salir a tomar aire fresco a la cubierta, aprovechando también a pasear a Perseus, prefería sacarlo ella misma, a qué gente desconocida lo llevará

  Se aseguro de llevar un libro consigo por si la vista no era lo suficientemente agradable, al menos podría escapar un rato a algún mundo ficticio

  Y justo como lo pronóstico, la vista no le resultó extraordinaria, claro quizá al principio fue lindo ver el mar por primera vez desde esa perspectiva, pero después de un rato le resultó cansado, y observar a personas desconocidas tampoco le entusiasmaba

  Comenzó a leer su libro, romance. Iba tan sumergida en su lectura que no se dio cuenta cuando chocó con un hombre que estaba de espaldas, por consecuencia su libro calló al mar

– Dios mío, no! – se lamento al ver cómo este caía lentamente

– como lo siento! De verdad lo siento mucho – se disculpó el caballero

– no se disculpe, yo fui la que venía distraída y no lo ví

– podría decirme cuál era el libro que leía?

– orgullo y prejuicio – estaba preparada para un mal comentario de su parte, generalmente a los hombres no les interesaba tal género, y por lo tanto juzgaban con severidad a las damas que disfrutaban de un buen libro romántico

– no eh tenido la oportunidad de leerlo, pero supongo que si la hizo perderse de tal forma en su lectura debe ser interesante. Es una lastima que lo haya perdido, me disculpó

– no ah sido su culpa – contestó sorprendida, los modales del hombre superaban por mucho sus expectativas

– le prometo no volver a atravesarme en su camino cuando esté leyendo – hizo una pequeña reverencia – Thomas Andrews – se presentó extendiendo su mano

– Daphne Edevane – imitó su acción, y una vez el hombre tuvo su mano entre la suya, depósito un casto beso en el dorso

– es un placer señorita – Daphne sintió sus mejillas arder, y por primera vez, no se sintió incómoda ante el acercamiento de un hombre

  Un pequeño ladrido los devolvió a la realidad

– ah y el es Perseus – lo presento entendiendo el disgusto de su peludo amigo

– un gusto conocerte a ti también Perseus – Andrews se inclinó a la altura de el canino y lo acarició

– parece que le agradó, generalmente no deja que los hombres lo acaricien

– debo estar haciendo algo bien – le sonrió – me tengo que ir, tengo unos asuntos pendientes. Supongo que la veré en el almuerzo

– por supuesto – sorprendente, Daphne sintió emoción por ir a aquel almuerzo

𝐋𝐎 𝐂𝐎𝐑𝐑𝐄𝐂𝐓𝐎 - 𝚃𝚑𝚘𝚖𝚊𝚜 𝙰𝚗𝚍𝚛𝚎𝚠𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora