Abrió los ojos lentamente, la cabeza se le estaba por estallar, el dolor en ella se esparce y se hace cada vez más fuerte. Lo último que recordaba era como un montón de titanes devoraban a otro por mano propia del joven Eren Jeager. Tal como su padre anunció hace años en aquel libro que encontró Amélie con todas sus teorías escritas.
No estaba en el bosque en plena batalla. Estaba en una cómoda cama, tapada con sábanas blancas suaves. Una cabaña cálida y rústica, pero no era su casa, ¿Dónde estaba? A su lado, sentado en una silla de madera que rechinaba pero recostando su cabeza en aquella suave alcoba, parecía descansar un joven de caballo grisáceo, por la marca de nacimiento en su brazo, dedujo que era Jackson. Quien parecía haberse dormido en la espera a que Amélie despertara.
El chico sacudió la cabeza, y la abrir los ojos, vio su capitana pelirroja despierta. Sus labios esbozaron una sonrisa de oreja a oreja mostrando totalmente los dientes. Pero la muchacha estaba perdida, no entendía lo que sucedía.
— ¿Jackie? ¿Dónde estamos? — le preguntó la muchacha. Como siempre con aquel cariñoso apodo.
— Es muy largo de explicar, pero estamos bien y a salvo. Salió todo... — comenzó hablando Jackson con emoción, los ojos de Jack siempre brillaban cuando se trataba de ella. Tomaba su mano con delicadeza y con su pulgar acariaba la zona. Pero fue interrumpido por la puerta que se abrió con fuerza por alguien.
Sus ojos grises eran tan reconocibles para ella, que si veía ese tono de gris en cualquier lugar u objeto, siempre lo recordaría. A comparación de Jack, sus ojos no brillaban con su melena grisácea, si no con las pupilas del pelinegro. Para su sorpresa, Levi abrió la puerta y con su típica expresión tan apática, la cerró. Traía consigo una bandeja con té negro y un pedazo de pan caliente. Lo dejó sobre la mesa de madera oscura a un lado de la habitación, para luego observarla atentamente. La incomodidad se notó en el lugar por parte de ambos hombres, que giraron los ojos fastidiados por sus presencias.
— Despertaste, ya era hora. ¿Cómo duermes tanto? — le dijo el pelinegro a la muchacha, quién estaba cubierta por las sábanas hasta la parte superior de su abdomen. Tomando a Jackson por sorpresa con la entrada de el capitán, quien lo miraba enfadado y con sus hombros tensos.
— ¿Tú qué estás haciendo aquí? Si no te importa, estas interrumpiendo.— Le habló amenazante el de cabello gris, mientras se separaba de él para pararse de su silla y querer intimidar a Levi.
— Vine a verla, ¿Qué más? ¿Quieres una elegante invitación con fecha y hora para que te largues de aquí? ¿O qué necesitas? — le volvió a hablar, con mayor fastidio. Pero manteniendo su seriedad y sin moverse del marco de la puerta.
Jackson no quiso discutir, parecían haber discutido previamente. Por lo que en sus rostros aún se reflejaba el rencor entre ellos, además de un golpe en la mejilla de Jack, el cual permanecía de color morado, pudiendo haber ocurrido el día anterior. Duraron unos segundos mirándose de manera retadora a los ojos, pero ninguno se dejaría torcer. ¿Acaso estaban teniendo un duelo de miradas? Cosa de hombres. Se levantó de la silla haciendo que esta raspe todo el suelo, soltado un ruido escándalo por segundos, y seguido de esto se acercó a Amelie quien tenía en su rostro la confusión de sus actos.
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Angel De Mi Muerte - Levi Ackerman
AcciónHe tomado este diario como mi último acceso. Como una evidencia de que alguna vez existí. Sin embargo, ahora mismo estoy al borde de mi muerte, pues un titan comió mi pierna izquierda y no paro de sangrar. Pero tengo algo que contar, mil veces más...