|♕| Capítulo 2 |♕|

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Una semana luego...(narra Kim)

Ya había transcurrido una semana entera, era sábado por la mañana, tal vez eran las once del medio día. Un día normal supongo, todo estaba tranquilo y en paz completa. Hasta que oí un golpe en el piso de abajo, muy fuerte que se pudo escuchar en mi habitación claramente. Baje lo más rápido que pude a revisar que nadie se hubiera lastimado, era Lidia. Quien se le había caído una bandeja con comida -que iba a llevar a mi habitación-, ahora tirada en el suelo y Lidia totalmente horrorizada por yo haber llegado.

— L-lo lamentó! — se agachó y empezó a recoger la comida rápidamente. — Lo lamentó tanto amo Kim, puede no pagarme hoy. Solo por favor no me despida — dejo la comida de lado y puso su manos unidas en un ruego. Una gota de lagrima bajaba por su mejilla, me acerque y la levante para secar esa pequeña lágrima.

— Lidia, no tienes porque disculparte — sonreí para calmarla y la levante — No voy a quitarte tu sueldo de hoy y mucho menos despedirte — reí un poco — Estos accidentes los cometemos todos, es normal. — solté su agarre y me puse en cunclillas para empezar a recoger la comida tirada en el suelo.

— Como lo lamento — imitó su acción.

— Ya, no te disculpes — sonreí mientras
limpiábamos todo.

No tardamos tanto en limpiar, puesto que solo era un sándwich y un vaso de jugo.

— Lidia — la llame luego de haber terminado.

— Si amo Kim? — me miró algo avergonzada todavía por el accidente.

— Desde ahora tomate el día libre hasta mañana, dile a las demás empleadas. Su paga será completa. — sonreí.

— Pero amo Kim. — fue interrumpida por mi.

— Tu tranquila, solo quiero estar un rato solo por aquí — sonreí nuevamente y le asentí un poco para que se fuera y no pusiera más peros en la conversación.

Un rato después ya me encontraba completamente solo en el reino. Cuando menos me lo espere y pensé que estaba solo, tocaron el timbre de la gran puerta. Baje nuevamente las escaleras y fui a la puerta principal, abriéndola. Encontrándome con un chico de capucha, tapando la mitad de su cara con esta.

— Desea algo señor? — lo mire algo asustado, pero sin mostrar mi temor. No me mostraré vulnerable ante los demás, eso jamás.

— Si, pero es algo que tú no me puede dar. Solo puedo arrebatártelo. — sonrió ladinamente sin mostrar sus dientes, una sonrisa de lado; algo macabra si me lo preguntas.

— Pero que dices? — lo mire con mi ceño fruncido y cerré la puerta en su cara, cerrándola con seguro. Ahora me arrepiento de mandar a todos los empleados a casa. Ese tipo se veía jodidamente macabro, y esa sonrisa ladina hacía que me pusiera la piel de gallina. — Pero que fue eso? — negué y volví a mi habitación, cerrando la puerta con seguro igualmente. Para luego cerrar mi ventanal, asegurándome que nadie pudiera entrar. Antes de cerrar las cortinas vi la silueta de aquel hombre en mi jardín, me miraba pero no se veían sus ojos. Solo su boca que estaba sonriendo y parte de su mandíbula, nada de la nariz hacia arriba. Luego de unos segundos se volteo y fue desapareciendo entre los arbustos dejándome helado. Cerré las cortinas y me tiré en mi gran cama, viendo el grandioso techo tallado a mano. "Parecía un total demente" pensé.

Por otro lado, este hombre caminaba por las calles pensando en aquel chico de cabellera castaña casi rubia. Sus ojos, su boca, sus lindo cuello; tal vez no veía su corazón pero si pudo escucharlo cuando sonrió. Eso hizo que sus ganas de arrancárselo se hicieran más fuertes, eso tenía que costar una fortuna. De una u otra forma debía conseguir aquel corazón de oro, solo debía acercarse amablemente..

📖⚜️✍🏻

Otro día más en el gran castillo totalmente aburrido. Ya había pasado quizás unos cuatro días desde que aquel hombre raro tocó a mi puerta, milagrosamente no pasó de nuevo por ahí; eso me tranquilizaba. Salí de mis pensamientos cuando la voz de Lidia se hizo presente en mi habitación.

— Amo Kim. — me llamo.

— Por favor, no me digas así — rogó, se sentía algo viejo cuando lo llamaban así.

— Y como desea que lo llame? — pregunto.

— Quizás solo Tae, como tú quieras. La verdad no me importa, luego de que no me llames así porque mi siento viejo. — está rio un poco por su comentario y asintió.

— Entonces, Joven Tae — sonrió y yo asentí — Vine para avisarle que la comida ya está servida.

— Oh, entonces bajo en unos minutos — me levante y entre al baño.

Lave mis dientes y cara, hoy me había levantado tarde. Luego de hacer un pequeño skincare, baje al comedor y ahí estaban todas las empleadas sentadas junto algunos otros empleados, Jimin sentado al lado de mi silla. En tan poco tiempo se había convertido en un muy buen amigo. Y si, estaban casi todos mi empleados porque no me gusta comer solo y mucho menos dejarlos a ellos sin comer hasta cierta hora.

— Muy buen provecho! — dije y todos hicieron una pequeña reverencia para empezar a comer. Sentía como si fueran mi propia familia, esta sensación es muy agradable.

— Taehyung, estaba pensando en orita ir a algún lugar — hablo Jimin — Que te parece? — pregunto — Debes estar muy aburrido aquí encerrado.

— Si es cierto, acepto! — sonreí y él imitó mi acción.

Terminamos de comer luego de unos treinta minutos, limpiamos todos. Ya era la una treinta y dos, y Jimin quería salir a la calle a pasear.

Salimos de aquel gran castillo y subimos a mi auto, que tenía un chofer. Jimin le dio una dirección y empezamos nuestra trayectoria. Pasaron unos quince minutos para cuando llegamos, era un pequeño campo lleno de flores. Habían uno que otros animalitos, baje del auto y Jimin hizo lo mismo. Caminamos un poco por el campo, encontrado una banca donde nos sentamos a ver al horizonte.

— Desde cundo vives en este pueblo? Parece que conoces mucho de aquí. — dije sin despegar la vista del hermoso paisaje.

— Nací aquí, lugares como este eran mis escondites cuando escapaba de mi casa. Luego de alguna discusión con mis padres o solo porque quería tener algo de paz y tranquilidad. — sonrió un poco sin mostrar sus dientes. — Despejaba mi mente mientras veía las flores, me encantan mucho las flores. Es algo que puedo ver toda mi vida sin cansarme.

— Eres muy inteligente cuando se trata de flores, no es cierto? — este asintió, yo mirándolo de reojo. — Debes enseñarme mas lugares como estos en el futuro. Son realmente hermosos, es un paisaje que puedo contemplar por horas.
— sonreí.

— Lo haré, solo dejamos que fluya el tiempo.
—sonrió igualmente, recostándose del banco tirando su cabeza hacia atrás — Deja que el viento baile tu cabello, Tae.

Hice caso y lo imité, cuando lo hice sentí una pequeña ráfaga recorrer mi cuerpo. Pasando por mi cuello dándome escalofríos, pero una sensación placentera; haciendo que mis cabellos bailaran.

— Tienes toda la razón. — el sonrió y no hablamos más por un par de horas. Solo contemplando el paisaje y dejando que las ráfagas de aire bailaran nuestros cabellos y rozara nuestra piel de manera placentera dando escalofríos.

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𝑯𝒊𝒋𝒐 𝒅𝒆 𝑨𝒇𝒓𝒐𝒅𝒊𝒕𝒂 | KᴏᴏᴋV | (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora