𝑯𝒊𝒋𝒐 𝒅𝒆 𝑨𝒇𝒓𝒐𝒅𝒊𝒕𝒂 | KᴏᴏᴋV | (Omegaverse)

|⚘| Capítulo 7 |⚘|

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Veía por mi ventana, con mi cabeza recostada de mi mano derecha. Viendo tristemente el jardín donde había ocurrido todo, hace 1 semana. Tanto tiempo había pasado que se me hacía eterno, necesitaba pedirles mis grandes disculpas por tratarlo de esa manera. Y como por arte de Hermes, Jungkook pasaba caminando por ahí con la cabeza baja. Sin ninguna intención de querer venir, solo pasaba por ahí. Pero yo rápidamente baje al jardín, al llegar ya era muy tarde; se había ido.

(Dato): Hermes – Dios griego del recorrido, suerte y el comercio.

— Me buscabas castañito? — apareció atrás mío, pegándome un susto. Yo volteé rápidamente y lo vi a él sonriendo.

— Jungkook.. Quería hablar contigo. — lo mire algo arrepentido.

— De que caramelito? — me miró confundió, yo solo pude sonrojar por el apodo.

— Y-yo quería disculparme rotundamente por como me comporté hace varios días. Admito que hice mal y ahora quiero disculparme. — hice una reverencia de 90 grados. — Haré cualquier cosa por ti para compensarlo. — volví a poner derecho.

— Caramelito, está bien. No tienes porque disculparte. — iba a hablar pero me interrumpió. — Quien debería disculparse soy yo por haberte tocado sin tu consentimiento, lo lamento. — hizo una corta reverencia. — Me perdonas? — volvió a ponerse derecho.

— Claro que si Jungkook. — sonreí. — Tu me perdonarías a mi? — jugué con mis dedos nerviosamente.

— Claro que si castañito. — sonrió grandemente.

— Quieres comer algo? — le pregunté y él asintió. — Pues vayamos adentro, ya está el almuerzo listo. — sonreí y él volvió a asentir.

— Gracias. — dijo caminando detrás de mí, camino al interior del castillo.

— No es nada, considéralo mi disculpa. — sonreí nuevamente y el río un poco.

Mientras caminábamos de regreso, Jungkook contemplaba el perfil del pequeño -no tan pequeño- castañito. Sonrió al ver lo hermoso que era, que lástima. No había pasado ni 5 minutos y ya estaban dentro del gran reino, Jungkook siguiendo a Taehyung por este mismo.

— Oh Taehyungie, llegaste — sonrió, pero esa sonrisa desapareció al ver que Tae venía acompañado. — Taehyung, que hace el aquí? — frunció el ceño, mirando seriamente a Taehyung por una respuesta válida.

— Jimin, por todos los Dioses del Olimpo. Deja de ser tan... tan Jimin! — se quejó. — Solo lo invite a comer como disculpa por lo que sucedió hace varios días. — Jimin no dijo una sola palabra, se giró y se fue totalmente serio. — Una disculpa por el.. — miró a Jungkook y el asintió sonriendo, ya sentándose en el comedor. —, el té odia y dice que tu aroma es repugnante. — Jungkook lo miró. — Te advierto que no te metas con él y mucho menos conmigo porque te arrancará la garganta y cortará tus testiculos. — Jungkook lo miró horrorizado, o solo fingía.

— No te preocupes, no me acercaré a él. — sonrío.

— Bueno, come un poco. — dicho eso, empezaron a comer todo lo servido en la mesa.

— Gracias por todo caramelito. — sonrió cálidamente, haciendo que Taehyung sonriera igualmente.

— No es problema. — asintió. — Me gusta tu compañía. — lo acompañe a la puerta. — Otra vez perdon por Jimin enserio, hablare con el.

— No te preocupes por eso, no tengo miedo. — río un poco y yo solo sonreí, luego de despedirnos cerré la puerta y busque a Jimin.

— Jimin, algo que decir? — lo mire seriamente y el solo agachó la cabeza.

— L-lo lamentó amo Kim, fue muy inmaduro mi comportamiento. No volverá a suceder. — dijo en un tono arrepentido sin alzar la cabeza.

— Mimi, soy tu mejor amigo; no tu amo. — sonreí amablemente y me acerque para levantar su cabeza por el mentón. — Solo te pido que no seas tan grosero con el, si? — el asintió y procedió a abrazarme yo correspondiendo. — Te quiero mucho Mimi. — sonreí.

— Yo más TaeTae.. — me abrazo más fuerte.

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— No comerás algo? — me pregunto.

— Saldré un rato, ahorita no tengo hambre. — me puse mi chaqueta. — Quieres venir? — el asintió.

— Dejarás que venga un guardaespaldas por lo menos? — yo sin poder negarme asentí.

Salimos del gran palacio, caminando con dos guardaespaldas siguiéndonos. Jimin agarraba mi mano, entrelazándolas; un día soleado y cálido para ir a aquel lago. Cuando llegamos procedimos a sentarnos en el banco, esté rechinando por nuestro peso.

— Este lugar es muy... — no supo decir la palabra correcta.

— Tranquilo?, cálido?, vacío?, hermoso?, refrescante? o quizás familiar. — lo mire y el asintió repetidas veces.

— Todo lo que acabas de decir, eso mismo. — reímos a lo bajo. — Realmente me encanta tu compañía Tae, tu sola presencia acaricia mi alma entera dándole paz. — me miro y yo lo mire a él. — No sabes lo bien que me sentí al encontrarte a ti y no a otra persona. — sonrió alegremente.

— Eso es muy bonito de tu parte Mimi. — sonreí igualmente. — Me halagas. — sonroje un poco.

— Y ni se diga de lo hermoso que estás. — me miró coquetamente. — Estas para comerte. — fue golpeado por mi. — Solo soy honesto contigo! — se rio por mi gran sonrojo. — Estas todo rojo Tae!

— Ya cállate Omega! Me avergüenzas con tantos halagos perversos niño tonto! — lo golpeé y solo continuamos riendo.

— Estas para darte como-...

— Ni una palabras más Park! — lo regañe con mi cara totalmente roja.

— Ya pareces tomate Taehyung. — río. — Cuidado y se te salen los colores! — se levantó del banco para correr ya que era perseguido por mí para recibir un golpe. — Taehyung no me mates! Ya bastante has echo que hasta se me paro! — corrió más rápido y yo todo rojo persiguiéndolo.

Un día normal, en la vida normal de dos amigos totalmente hermosos. Uno siendo perverso, coqueto y halagador; y el otro siendo el halagado perversamente.

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