𝘽𝙖𝙗𝙮 𝙂𝙧𝙤𝙪𝙥𝙞𝙚 ||Axl Rose||

•I [Run Away]

Agosto, 1988.
Londres.

Guardaba mis cosas en la maleta, mientras yo me mantenía viéndolo con escasas lágrimas en mis ojos.

—¿Como es que eres capaz? –Le pregunté en un susurro.

No podía acabar así, habíamos echo planes incluso estaba dispuesta a renunciar a todo y todos por él.

—Las cosas son así, Janis. –Dejó de guardar la ropa para ponerme atención, en sus ojos no podía notar nada, estaban vacíos–Vienes durante la gira y luego te marchas, eres una groupie, no mi esposa.

Di sólo un paso hasta él buscando consuelo en su lugar dió dos atrás separándose de mi.

—Axl.

—Vete. –ordenó.

—No puedes...

—Ya lo hice. –Me interrumpió mostrándose indiferente.

Suspiré en una risa sin una pizca de gracia, miré el alrededor, era la habitación de el hotel.

Luego lo miré a él, esperaba que dijera que era una broma, yo lo perdonaría, regresaríamos a casa, olvidariamos esto y ya.

Más no fue así, su mandíbula estaba tensa y no veía ni un rastro de mentira o algo que me indicara que no había sido una más, que no fui la sustituta de Erin por ocho meses.

Pero no había nada, fui hasta mi maleta, encima de la cama, caminé a la puerta sin decirle nada, él tampoco habló o hizo algo para que yo no me marchara.

Afuera estaban los chicos quienes no tuve tiempo de observar ya que me fui lo más rápido posible, no lograría describir ni de la forma más técnica o resumida todo lo que tenía para decirle.

Caminé por la calle, ¡estaba en la maldita Inglaterra!

Una gasolinera yacía cerca, rápido corrí hasta ahí, mis ojos ardían por lo salado de las lágrimas lo que me impedía un poco ver, estaban hinchados, tenía un aspecto fatal.

Llegué a uno de los teléfonos, inserté la moneda y llamé al primer número que llegó a mi mente.

Después de otras tres monedas respondió.

—¿Si?

Mordí mi labio, me sentía humillada, hablarle era sólo tener otra vergüenza en el día para agregar.

—Mamá.

—¿Janis? –No respondí– ¿hija, estás bien?

Ahogué hundiendo mi cara brevemente en mis manos los sollozos que amenazaban con salir.

—¿Puedes venir por mi?

Y ahí estaba yo completamente indefensa en medio de la carretera, en un país que no era el mío, pero las cosas no se habían descontrolado así por así, era el final en el comienzo.

Todo fue por un capricho, el 10 de diciembre de 1987.

Donde oí por primera vez el nombre de Axl Rose.