El amor es de dos ~ Kookmin

Fifteen~ Cambió de planes

Un martes había llegado, al fin ese ansiado día en donde la empresa de Jeon Jungkook presentaría su nuevo proyecto. Debían viajar a la isla de Jeju para el programa ya que ahí es de dónde provenían los inversionistas interesados.

Jimin era el más emocionado, sería el encargado de presentarlo y no permitía que los nervios se adueñaran de su ser. Él fue el primero en llegar, había salido un día antes ya que quiso asegurarse de que todo estuviera listo para el evento. El mismo Jungkook le pidió ese favor, puesto que él tenía que dejar hecho otros pendientes.

Además, otra razón que quería festejar, era que había planeado junto a Jungkook un día maravilloso. Podrían salir a comer y recorrer los lugares turísticos, hasta quedarse juntos en el hotel. Su mente estaba llena de varias escenas románticas que ansiaba vivir junto al dueño de su corazón, por eso es que nada podría arruinarlo.

.................................

—Espera, ¿cómo que también irás?

—¿Qué no te da gusto?

—Pues... Si, pero tú no eres de viajar mucho.

—Ya lo sé, pero siempre te acompaño a tus eventos y no quiero fallar está vez.

—Lo haces cuando son en Seúl, porque si salgo de la ciudad tu te aburres y te quejas porque te dejo sola mientras yo trabajo.

—Lo sé, Jungkook, ya —Rose suspiro divertida, Jungkook estaba un poco raro. Pero es que si era verdad que no solía ir con él cuando los eventos no eran en Seúl—. Deberías estar alegre.

Jeon no respondió, miraba como su esposa hacía las maletas para ambos.

Ahora, ¿cómo se lo explicaría a Jimin?

Eso arruinaba sus planes que tenía con él, pero si obligaba a Rose a quedarse sería mucho más sospechoso. No le quedó más que resignarse y viajar con ella, tratando de esconder su descontento.

Cuando al fin llegaron, fueron llevados por el auto de la compañía hasta el hotel donde se hospedaran. Sólo que registró otro a su nombre, ya que no podía meter a Rose a la que se supone compartiría con Jimin. Subieron ambos al cuarto y entraron para revisar el sitió. Era una habitación como cualquier otra, de lujo, eso sí. Pues la habitación presidencial ya estaba ocupada, ni nada más y nada menos que por Park Jimin, fue una petición de Jungkook que él mismo reservo para pasarla con él, pero ahora sería Jimin quien se quedará solo en un lugar tan grande.

—Debo salir, ahora vuelvo.

—¿A dónde vas, Jungkook?

—No te importa.

—Pero...

Rose quedó con la palabra en la boca, ahora ya estaba segura de que Jungkook se traía algo. Se resignó y desempacó las maletas, teniendo en mente una idea que la ponía feliz, y esperaba que Jungkook pensara lo mismo. Eso fue lo que la mantuvo distraída y ajena a lo que su marido hacía.

Por otra parte, Jimin ya tenía la agenda lista y se asesoraba de que los empleados hicieran lo que pidió, quiso ayudar también con el bufet y sus ideas le sirvieron a los camareros. Todo estaba listo para la noche.

—Jimin.

El nombrado giró, no pudiendo evitar la sonrisa de alegría de al fin ver a su jefe. —Jungkook, al fin llegaste.

—Debemos hablar.

—Espera, quiero que veas esto —el rubio tomó su mano para llevarlo al balcón, le mostró la hermosa vista de la ciudad que combinaba perfecto con los rayos del sol—. El lugar es hermoso, fue una buena idea hacer el evento en el hotel.