El amor es de dos ~ Kookmin

Sixteen~ Verdad

—Y nuevamente gracias por su presencia, estoy seguro de que el proyecto será un éxito. Además de las grandes ideas, traeremos a nuevos rostros que permitirán la promoción de los productos.

Jungkook, como el CEO de la compañía seguía hablando y daba a conocer el proyecto con ayuda de Jimin. El rubio evitaba de cualquiera forma su mirada y se dedicaba a explicar las imágenes que proyectaba. Una vez terminado, tomó asiento al lado de unos de los inversionistas y dejó a Jeon en el escenario para acabar con la presentación, no tenía ganas de estar junto a él y que se notara su molestia.

—Y ahora también, quiero darle las gracias a la persona que estuvo conmigo para poder llevar acabo este proyecto, sé que sin su ayuda y apoyo esto no sería posible —Jeon sonrió en grande viendo a todos. Las personas estaban atentas y Rose también, se le formó una sonrisa esperando que fuera ella—. Además, me seguirá acompañando puesto que tuvo mucho que ver en su realización, por favor, denle un enorme aplauso a Park Jimin.

El rubio abrió los ojos, ¿en verdad se refería a él? Tragó duro y se levantó para subir nuevamente con Jungkook, éste le tendió la mano para ayudarlo y ambos quedaron juntos, posando antes las cámaras y sonriendo para ellas.

—Ni creas que no sigo molesto —Jimin susurró para el pelinegro sin borrar su sonrisa.

—Lo compensaré —Jeon se atrevió a rodearlo por los hombros con uno de sus brazos y los flash no se hicieron esperar.

Después de la presentación, Jimin volvió alejarse y fue por una copa de vino, quería calmar sus nervios al ser expuesto frente a la prensa con Jungkook. Pero estaba seguro de que no era nada raro, él era el encargado del proyecto así que no podría haber especulaciones.

—Jimin...

—Jungkook...

El rubio no lo miró y se pasó de un solo tragó el líquido tinto, Jungkook se paró frente suyo con su copa, quería solucionar las cosas con él pero sin ser interrumpidos.

—Jungkook, aquí estás —pero justo Rose apareció y se colgó del brazo del pelinegro, miró a Jimin y fingía que no estaba incómoda por haber sido él a quien su esposo le agradeció—. Hola, soy Rose la esposa de Jungkook, creo que ya nos conocíamos.

—Así es, nos vimos un día en la oficina del señor Jeon —Jimin hizo lo mismo, fingió una sonrisa mientras la culpa que no había sentido desde hace tiempo volvía a invadirlo.

—Felicidades por el proyecto, Jungkook me dijo que fuiste parte de el.

—Muchas gracias, señora.

—Pero dime Rose, casi tenemos la misma edad.

Jimin asintió sonriendo leve, Jungkook podía sentir la tensión y siendo sincero no sabía cómo calmar el ambiente.

—Am Rose, si gustas ya puedes irte. Yo me la pasaré hablando con los inversionistas y eso siempre es desesperante para ti.

—Descuida, cariño. Me puedo quedar contigo.

Jungkook suspiró, no podía tener ninguna oportunidad de acercarse a Jimin.

—Entonces los dejo, iré a saludar a los demás —el rubio se despidió y caminó rápido lejos de ellos. Jeon sólo pudo seguirlo con la mirada y evitar el contacto físico con esposa. Odiaba tener que ocultar sus sentimientos por Jimin.

Mientras tanto, Jimin se encontraba igual o peor que Jungkook. Le incomodaba verlo junto a su esposa, y si, eran celos de que ella si podía estar junto a él mientras que Jimin ocultaba su amor.

Pero en parte la culpa tenía mucho que ver, sabía que Jeon seguía casado y era obvio que llevaría a su esposa con él. Jimin se había arriesgado y ahora no le quedaba más que fingir el enamoramiento que tenía por Jungkook. Así no no hacían pensar a los demás sobre la relación que llevaban a escondidas.