En estado vegetal ~Yoonmin~

F I N

Yoongi estaba nervioso y ¿como no estarlo?, ya faltaba poco para que el turno de Jimin terminara y pudiera salir, habian acordado que lo recogeria en el hospital para poder irse juntos a la cita que el alfita habia planeado... y aunque estaria con el menor como en cualquier otro día, aquella ocasion era especial.

No paraba de mirarse en el reflejo de su ahora nuevo celular (con algo de sus ahorros lo habia comprado), suspiro y opto por relajarse ¿que podia salir mal?, hasta el momento todo le habia estado saliendo bien... quiza solamente estaba exagerando sus nervios, después de todo saldria con Jimin...

Se fue a esperar al menor fuera de la entrada del hospital, no pudo evitar formar una linda sonrisa al ver como finalmente tras algunos minutos Jimin salia con una pequeña mochila colgando del hombro. Apenas el menor le miro este se encamino hacia él, no tardaron mucho en abrazarse a manera de saludo.

— Yoonie...~— susurro el menor con una sonrisa en sus labios — me siento muy emocionado~— ronroneo el menor — pero... ¿crees que puedas llevarme a mi departamento rapido?, quiero ponerme algo más bonito~— menciono con algo de pena

Yoongi alzo una ceja y solto una risita — claro que puedo llevarte pero, luces muy bien~— respondio y termino separandose del abrazo

El menor agradecio y sin más en compañia del alfa termino por ir a su auto con tal de poder marcharse. Ambos se mostraban contentos y no era ningun secreto... En compañia del otro los dos se sentian tan tranquilos, era un sentimiento que no podian describir, pero si que podian disfrutar... igualmente, Jimin estaba más seguro de querer intentar algo nuevo con Min, ya no se preocupaba mucho por el tema de su ex esposo debido a que segun el abogado que le ayudaba, este ya había sido declarado culpable por la muerte de su cachorro, seguramente estaba tras las rejas.

Aun recordaba lo feo que habia sido aquel día, día el cual fue la ultima vez que pudo ver a su querido bebé, su lindo cachorro... se suponía que su progenitor alfa simplemente iría a hacer una visita como tenía permitido luego del divorcio, ni siquiera sabia cual habia sido el motivo, pero a aquel mal hombre no se le ocurrió mejor cosa que dañarlo al arrebatarle la vida a su pequeñito... le dolía, le dolía inmensamente pero, ya no podía hacer nada y eso era lo peor, por muchos años de prisión que su ex esposo recibiera, nada le iba a devolver a su niñito... tenía mucha ilusion acumulada por poder cargarlo y llenarlo de todo el amor que podía darle.

Pero algo que si podia recibir gustoso de la vida y el destino era... una nueva oportunidad, quiza con Yoongi las cosas saldrían bien... finalmente podría ser feliz, tener la familia que tanto anhelaba.

Si, deseaba todo eso y sin duda le encantaría que un alfa tan lindo como Yoongi lo ayudara a cumplir aquel anhelo.

Pronto habían llegado hasta el pequeño departamento, pagaba renta, claro estaba que aún no podia comprar su propio hogar. Sin poder evitarlo termino por invitar a Yoongi a pasar en lo que se arreglaba para su cita, el alfa muy contento acepto y así ambos tras bajar del auto terminaron yendo al hogar del más pequeño.

— Yoonie... ¿quieres algo?, ya sabes... agua o un café en lo que me cambio~— hablo el menor a medida que sacaba sus llaves para poder entrar

El alfa riendo nego — no... iremos a comer, así que prefiero esperar~— respondió sonriente sin dejar de admirar al bonito omega, cada cosa que este hacía le tenia atento

Y bueno, ante su respuesta Jimin solamente asintió. Una vez con la puerta abierta le permitió pasar — bien...~ siéntete como en casa, no tardaré mucho — comento y una vez estuvieron en la sala beso su mejilla antes de buscar ir a su habitación

Se sentó en uno de los sofás y se abrazo a uno de los cojines en el mismo mientras esperaba a su pequeño rubio. Aunque ciertamente no pudo evitar recorrer el lugar con la mirada y explorarlo un poco, al toparse con un pequeño marco que contenía un mameluco su corazón se estrujó.

Sabía que aquella pequeña prenda obviamente le había pertenecido al cachorro del Omega, su pancita de revolvió pues aunque no era su bebé, aunque no lo conoció, no podía evitar sentirse mal. Después de todo había fallecido siendo tan solo un recién nacido, y no solo eso, había muerto a manos de su propio progenitor.

Suspirando nego para sí mismo. Él debía ser un excelente alfa, se encargaría de cuidar siempre a su Omega y en todo caso, a sus bebés si llegaban a tener algunos.

En fin.

Cuando Jimin le llamo aparto la mirada de aquel cuadro y formó una bonita sonrisa, el Omega era realmente precioso y se sentía afortunado.

— siempre te ves tan lindo... Me hace sentir orgulloso ser envidiado por otros alfas — comento y halago haciéndole reír un poco

Jimin tomo la mano que el alfa le ofrecía — tampoco es para tanto — musitó acercándose a besar su mejilla — pero ya~ vámonos, quiero ir a esa cita — pidió

Y nuevamente como el obediente alfa que era, Yoongi termino llevándolo consigo.

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Su cita había sido mejor de lo esperado, habían ido a comer juntos y tuvieron un ambiente muy romántico, con besos, caricias y melosas palabras de por medio. Tenían una conexión increíble que se había fortalecido con aquella salida.

Después de ir a comer Yoongi había cumplido con su palabra nuevamente, había llevado a Jimin a su hogar para tocar algo de piano únicamente para él. Todo había sido tan perfecto aquel día que Min seguía sin creerlo.

Seguía sin creerlo aún si en aquellos momentos se encontraba en la cama con Jimin, el Omega había aceptado quedarse a dormir, no solo porque ya era tarde para regresar a su departamento sino que también porque iba a resultarle feo separarse del alfita tras un montón de horas juntos.

A pesar de que era de noche y lo único que alumbraba un poco la habitación era la luz de la luna que lograba colarse por las cortinas, Yoongi no dejaba de admirar el bonito rostro del Omega. Este se mantenía descansando sobre su pecho, su respiración era sumamente tranquila, estaba cómodo.

Estaba contento de poder observar cada bonita facción de su carita. Su pequeño omega parecía tan irreal que le costaba creer que había aceptado su cortejo.

Le miro por algunos minutos más antes de decidir igualmente dormir a su lado. Estaba seguro de que amaría por mucho tiempo a Jimin, a aquel Omega que lo hizo apreciar la vida y que le cuido cuando no era más que un vegetal en la camilla.