Sexualidad emiliaco

Mi primera vez como put. ..

SEGUNDA PARTE✓

Yo lamí ese líquido tan espeso, a lo que él respondió metiéndome todo el dedo en la boca y haciéndome jugar con la lengua como si su dedo fuera una piruleta mientras lo miraba a los ojos, después me metió tres dedos y simuló que me follaba la boca. Se rió.

–Venga, ponte de rodillas en el suelo y chúpamela.

–buf, tengo muchas ganas de comértela... –respondí.

Le bajé los pantalones hasta los tobillos y empecé a chuparle los contornos de su polla dura contra la tela de la ropa interior. Unos segundos después me dio una bofetada y me pidió que me la metiera ya en la boca. Lo desnudé completamente y empecé a chupársela tal como las mujeres me habían hecho a mí y como había visto en vídeos. Tenía en mente no tocar con los dientes, también pasar mi lengua por el tronco y luego tragármela de golpe hasta la garganta de vez en cuando. Cosas así. Era muy excitante. Marcos me cogió de la cabeza y empezó a meterme todo el rabo, y lo sacaba y lo volvía a meter hasta que llegaba hasta la base. Y no era una polla pequeña, para nada. Además, gorda de diámetro. Yo padecía ese dulce sufrimiento de las arcadas y la garganta profunda, llevándolo lo mejor que podía.

Seguidamente me hizo ponerme a cuatro patas, cogió un poco de lubricante y me metió dos dedos, que entraron muy suavemente. Luego me follaba con ellos. Era muy placentero. Maravillas del gel. Empecé a ser yo mismo el que me movía hacia atrás y hacia delante, penetrándome con sus dedos deseando que me la metiera. Él me azotaba el culo varias veces.

–Fóllame, por favor. Necesito tu polla.

Parecía que me la iba a meter pero optó por jugar con mi culo.

–¿Así que quieres que te folle ya, zorrita?

Pasaba la polla entre las nalgas, rozaba la zona del agujero, me azotaba.

–Sí, por favor, necesito que me des con tu pollón.

Yo apretaba mi trasero a su polla, movía desde las caderas hacia atrás y hacia delante, haciendo resbalar esa polla por mi zona anal y mojándola con el..

y mojándola con el lubricante que él mismo me había aplicado antes.

Finalmente me la fue metiendo y resbaló hacia dentro sin problemas. Eso sí, noté que me estiraba el agujero del culo. Y empecé a gemir y jadear a medio camino entre el dolor y el placer mental, hasta que también entró en juego el placer físico de notar mi recto siendo follado. Lo más "difícil" ya había pasado y yo me sentía muy seguro, sin nervios. Las embestidas fueron aumentando en velocidad e intensidad. Yo enterraba mi cabeza en el cojín o le hacía saber lo duro que me estaba follando.

Marcos me cogió del pecho y me levantó mientras me la metía y sacaba, quedando mi nuca a la altura de su boca. Un momento en el que aprovechó para morderme el cuello y el lóbulo y darme besos. También me pellizcaba los pezones. Ese era el momento que yo aproveché para echar mis manos hacia atrás y tocarle el torso, el culo, las piernas... Fue un momento breve, pero el único en el que pude tocarle con cierta libertad pese a estar de espaldas a él.

–Ya has tocado bastante, túmbate –me ordenó mientras me pegaba un empujón.

Simplemente dejé caerme hacia delante, abriendo los brazos y llevando mi cara contra el cojín que mordía momentos antes. Él me metió la polla con fuerza y se dejó caer encima de mí. A veces me tapaba la boca o me metía los dedos en ella.

Al rato me dijo que quería descansar y que me pusiese yo encima de él. Así que posé una rodilla a cada lado de su cuerpo, cogí su polla, me apunté y me dejé caer. Le cabalgué mientras me pellizcaba de los pezones o me cogía del culo. Mi polla, que había perdido la dureza de antes, se balanceaba y rebotaba entre nuestros cuerpos.

–Recógete los huevos y la polla.

–Como? -no entendí de primeras exactamente a qué se refería.

Me dio un bofetón que me pilló por sorpresa.

–Que te cojas la polla con la mano, del vaivén me tapa y no veo como tu culo se traga mi polla...

CONTINUARA ....