5. Adiós.

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Me intente levantar luego de que Matt me quitara a mi padre de encima, sin embargo, me fui al piso de nuevo porque aun estoy desorientado, todo se mueve a mi alrededor por los golpes que recibí y sumándole también el golpe que me di en la cabeza cuando caí.

—¡No tengo la culpa que tu vida fuera un asco! — grite exasperado cuando logre levantarme y sintiendo la gota de sangre bajar por mi nariz. — No la tengo.

Repetí sintiendo el nudo en mi garganta. Tantos años me culpe, me odie por ser el causante de toda la amargura y tristeza de mi padre y tarde mucho en darme cuenta que nunca fue mi culpa y que nunca merecí todo lo que el me hacia.

—Vámonos Zain. — Pidió Matt poniendo su mano en mi cintura y yo levante mi mano para limpiar la sangre de mi nariz.

—Si, lárgate de una vez. — Respondió papá y solo lo mire por pocos segundos.

Tantas cosas que decirle, que gritarle, como me siento, como me sentí, lo mucho que lo odio con todo mi ser pero al mismo tiempo lo sigo queriendo  ¿De que serviría? ¿Haría algún cambio? Claro que no, solo perdería mi tiempo y es lo que más me quema por dentro.

Mire a mamá, ayudando a papá luego de que el se levantara cuando yo me tuve que levantar solo y mareado mientras Matt se interponía entre mi padre y yo.

—No se preocupen… Dejare de ser un problema para ustedes. — Me di la vuelta y camine con Matt a la salida, el no dejo de estar a mi lado y eso lo agradezco.

Cuando iba llegando a la puerta note que me faltaba un peso y ahí me di cuenta que no tengo mi mochila; debió caerse luego del empujón y por tener a mi padre arriba no me di cuenta. 

—Voy por mi mochila. — Comente regresando sobre mis pasos, no era muy lejos, tal vez unos metros nada mas.

Tome mi mochila la cual estaba efectivamente en el suelo y simplemente me gire para irme, creo que papá simplemente se fue a la cocina o no se, no esta en el mismo lugar y sinceramente tampoco voy a preguntar.

Me iba a ir con Matt cuando mi mamá sujeto mi brazo y luego me abrazo con fuerza, como si yo fuera a esfumarme justo ahora. No correspondí porque no me nace hacerlo y no puede pretender que yo actué como si nada.

—Cariño no te vayas, por favor, quédate, no eres un problema, eres mi bebé. — Comento ahí pegada a mi. Puedo sentir como sus hombros se sacuden, esta llorando.

—¿Qué me quede con papá? No mamá, tu lo escogiste a el desde el primer momento que me dejo tirado en el suelo bañado en sangre, quédate con él — Respondí alejándola y colgando mi mochila en mi hombro. — Siempre estuve debajo de el, siempre fuiste mujer antes de madre.

—Cariño no digas eso, yo siempre te di todo lo que pude. — Confeso estirando su mano para tomar mi mejilla.

—Me diste sobras del amor que le dabas a mi padre, desde niño me enseñaste a bajar la cabeza y acostumbrarme a los golpes porque me daba techo y comida. — Respondí levantando mi mano y deteniendo la suya para que no llegara a mi mejilla — Eso me diste.

Ella en realidad nunca estuvo ahí, aunque me sonreía cuando llegaba de la preparatoria, aunque me hacia el desayuno, aunque me decía buenas noches antes de dormir nunca estuvo para mi.

— Me enseñaste que solo merecía lo poco que me dabas, me enseñaste a odiar mi cuerpo porque asentías y confirmabas cada que papá decía que me veían como una mujer y buscabas opciones para que cambiara, a curar mis heridas yo solo luego de las golpizas, me enseñaste a amar al hombre que me causaba esas heridas, la verdadera culpable de todo eres tu.

—¡No es cierto! — Exclamo mirándome directamente y por primera vez vi a mi madre Molesta.  — ¡Siempre me esforcé por ti!

—Nunca vas a entenderlo ¿Cierto? — De nuevo, es una pérdida de tiempo y no, no quiero mas. — Estar aquí nunca será bueno para mi y aun así, quieres que me quede. No me amas, solo quieres tenerme a tu lado.

Un nuevo Cielo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora