veintinueve

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"Entonces tía Nini está esperando un primo

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"Entonces tía Nini está esperando un primo... O eso me dijo mami Chae cuando jugábamos ayer".

Ryujin observó al otro bebé, sentadito, con su espalda recostada en las barandas de la cuna que ambos estaban compartiendo, sólo estaba babeando su propia manita sin hacer mucho más, esa era una de las razones por las que a la pequeña Manobal no le agradaba mucho el hijo de Eunha, simplemente no servía para mucho, y se miraba un tanto ridículo en aquél trajecito de conejito, ella se vería mucho mejor, en su humilde opinión.

"Ah pero ya te puedes sentar bola de grasa que gran avance".

Estaba siendo sarcástica.

La cachorrita casi siempre estaba de mal humor, pero todos esos feos sentimientos se disipaban cuando estaba con sus mamás, y ese era el problema que tenía ese día, su mami había salido sin ella, la había abandonado a la intemperie junto con la bola de grasa que no hacía nada, eso hería sus sentimientos.

Un puchero se formó en sus labios, extrañaba a mami, quería llorar por eso, pero solo un poquito porque ya estaba algo grande según ella, y lo hubiera hecho de no ser por Hyunjin, el muy tonto tenía a su peluche de patito en su boca, llenándolo de sus babas, ese no era cualquier peluche de patito, era el que le había regalado tía Nini con tanto amor ¡inaceptable!

"QUE CREES QUE HACES HIJO DE EUNHA".

Entre balbuceos enojados acercó su pequeña mano tomando una de las patitas del peluche, tirando de el con toda la fuerza que un bebé de su tamaño poseía, arrancándolo de las sucias manos del otro cachorro, exaltándolo por tal acción tan repentina y brusca, de manera lógica comenzó a llorar, desesperando a la mayor.

"Shh ya ya cosa fea, no llores, pareces un bebé".

De inmediato vio como un alfa se acercaba a la cuna, la cuál habían colocado convenientemente en la sala para mejor accesibilidad y para poder vigilar a ambos niños; el padre de la masita llorona lo tomó entre sus brazos intentando calmar su llanto totalmente justificado ante los ojos del bebé mayor, ¡Él se lo buscó! Solo segundos después su propia madre se acercó a ver que era lo que estaba ocurriendo, dándole una mirada breve a su cachorro, podría jurar que algo tenía que ver con aquél berrinche.

—Shh —el alfa intentaba contener el llanto de su bebé, pero no parecía querer calmarse.

Entre pequeños balbuceos Hyunjin soltaba algunos "Pa" llamando la atención de Lalisa.

—¿Ya habla? —preguntó sorprendida.

Ryujin miró expectante, ¿su madre estaba dándole atención a otro bebé? ¡inaceptable! Otra vez.

—La doctora dijo que era normal que balbuceara algunas monosílabas, no sé si eso cuenta como hablar —explicó el hombre, aunque pensar en su hijo hablando lo llenaba de orgullo, estaba seguro de que su cachorro sería un niño muy inteligente y bueno en muchos ámbitos —Creo que quiere comer.

La otra alfa se alejó un poco para tomar el bolso con las cosas que su omega le había empacado para su hija.

Lalisa aprovechó para tomar a Ryujin, levantándola de una forma en la que su carita estaba frente a la suya, confrontando a la pequeña.

—¿Hiciste llorar a Hyunjin, engendro? —preguntó la alfa.

"Um, no lo sé, ¿lo hice?".

Sin embargo solo rió un poco, sabía que eso la haría parecer simpática, endulzaría el corazón de su mamá y estaría libre de incriminaciones, Lalisa rió también, ¿a quién habrá salido tan manipuladora?

—No quiero ni pensar como serás cuando vayas al preescolar —concluyó la mujer, acomodando mejor a la niña en sus brazos.

Su atención se fijó en el otro sentado en el sofá, intentando darle el biberón al bebé, que se negaba a tomarlo, volteando su cara, haciendo todo un berrinche digno de un niño mimado, Lalisa se acercó con intención de ayudar, conocía bien esa etapa, el cachorro no quería más que a su mami omega.

—¿No tienes algo que tenga el aroma de Eunha? —preguntó la alfa, el otro al escucharlo comenzó a buscar algo en el bolso.

—No lo sé, pero supongo que algo de aquí debe tenerlo —dijo, removiendo las cosas.

Poco después sacó una manta, en ella podía sentirse un poco del aroma de la omega.

—Ajá eso puede servir, colócatelo cerca del pecho, luego intenta darle el biberón de nuevo —aconsejó.

El alfa hizo lo dicho, colocando allí justo dónde la nariz del pequeño podría percibirlo, y no fue una sorpresa que luego de negarse un poco más terminara cediendo, finalmente tomando del líquido.

—Oh, no había pensado en eso, ahora creo que piensa que soy Eunha.

"JAJAJA, que tonto, lo engañaron".

—Era algo que utilizaba mucho con Ryujin, siempre era efectivo.

"Pero qué... ¿O sea que todo ese tiempo tomé de esa leche tonta? Deshonor, mamá".

Mirar al otro bebé comer tan relajado hicieron que Ryujin deseara lo mismo, pero él si quería que su mami lo envolviera en sus brazos, que le cantara una canción con su hermosa voz que lograba calmarlo, que acariciara su cabecita medianamente calva aún con su suaves manos, su puchero volvió, ¿por qué mami lo había dejado?

"No hay nada más difícil que vivir sin ti, sufriendo en la espera de verte llegar, el frío de mi cuerpo pregunta por ti y no sé donde estás, sino te hubieras ido sería tan feliz".

Ryujin sostenía su propio biberón, sentado sobre la alfombra con el corazón pesado, ¿por qué mami Chae no se había despedido de ella? ¡ni siquiera sabía cuando o porque se había ido! Pero necesitaba que volviera ya, mami Lisa no sabía hacer bien su lechita.

La puerta de la casa se abrió, llenando de esperanza a la pequeña, pero su cara se volvió un nudo al mirar como entraba otra omega, en cambio el otro bebé en el sofá se volvió loco, ansioso porque su madre lo tomara en brazos.

"Mírate, como todo un desesperado".

Pocos segundos después miró como detrás de esa omega fastidiosa entraba por quién estuvo esperando todo el día, cargando miles de bolsas en sus manos y algunas guindando de sus brazos, pero poco le importó, alegrándose al instante.

¡Má! —gritó con toda la emoción, haciendo que una sonrisa comenzara a crecer en el rostro cansado de Chaeyoung.

—Hola mi cielo —habló con su típica voz aniñada, que usaba para hablarle a su hija, dejando las bolsas sobre el mueble más cercano, pero deteniéndose al notar las intenciones de la pequeña.

Ryujin apoyó sus manos sobre el suelo, tomando fuerza e impulso para colocarse de pie, lo cuál logró con facilidad pues ya lo había hecho muchas veces, pero no lo que sucedió después, colocando primero un pie y luego el otro, completando unos torpes cuatro pasitos, que llenaban de emoción el pecho de sus mamás.

—Bebé... —dijo Chae sin aliento, colocándose de cuclillas para recibirla, solo un paso más y la pequeña cayó en brazos de la omega, quién la tomó con rapidez para llenarla de besos.

Ese preciso momento era a lo que la bebé llamaba felicidad.

"Te extrañé mucho".

Pensó mientras cerraba sus ojitos, disfrutando de cada cariño dado.

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⏰ Última actualización: 21 hours ago ⏰

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