Prólogo

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Llevaban al rededor de 33 años siendo amigos, se habían conocido en el kínder y jamás se volvieron a separar.

Insistían en que los metieran a las mismas escuelas, inclusive fueron a la misma universidad, a la misma carrera.

También crearon una cadena hotelera, juntos.

Salían todos los fines de semana.

Se iban por largos periodos de viaje.

Solo para pasarla bien y alejarse de todo el estrés de la vida diaria.

El estrés que supuestamente tenían, era acostarse con una misma persona varias veces, que esa personas se hiciera llamar su "'novio", "esposo". Les calaba en los huesos tener que serle fiel a una misma persona, les parecía sumamente aburrido y soso, aun así tenían parejas para mantener las apariencias, no era que estuvieran enamorados...

¿Verdad?

Se alejaban de su familia por meses, solo para pasar de cama en cama, con personas extrañas, irse de fiesta, probar nuevas drogas.

Ellos pensaban que estaban en la gloria.

Hasta ese día.

Maldita vieja loca, no toques ni traje.-el rubio miraba con desprecio a la indigente que pedía dinero-.

Nosotros no llevamos monedas para darte, te daría una de mis tarjetas, si tan solo supieras que es.-

Vámonos, aquí apesta.-la castaña estaba impaciente en su lugar-.

Malditos engreídos.-la anciana miraba fijamente a los tres amigos-. Las pagarán muy caro... Desde hoy, una maldición caerá sobre ustedes y destruirá lo que más aman.-

Los tres amigos estallaron en risas.

Fue un gran error.

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