CAPÍTULO 6. EBRIO DE AMOR

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Fue difícil dormir esa noche, por más que me las diera de valiente, me daba miedo estar sola en casa, cualquier ruido o sombra me asustaba, tal vez había Sido mala idea ahuyentar a Joel.

Apenas asomó el sol llamé a mis padres, ya habían llegado y estaban bien, eso me reconfortaba un poco.

—Hija, buenos días, ¿Qué tal noche pasaste? Tu papá y yo llegamos bien gracias a Dios.

—Bien mamá, ninguna novedad.

—Me alegra mucho hija, aunque ya seas una mujer, nos preocupas, dime, ¿Ya comiste?

—No mamá, aún no, voy a poner a lavar la ropa primero.

—Bueno, no te quedes sin comer, nosotros vamos a desayunar y luego nos organizamos para ir a casa de Lola.

—Ok mamá, me mantienes informada de lo que suceda, saludos a papá.

—Cuídate, adiós.

Puse a funcionar la lavadora y mientras tanto organicé un poco la casa, estaba revisando la alacena y lo más fácil de hacer era un sándwich y un huevo frito, en el refrigerador tenía leche achocolatada así que el desayuno estaba cubierto.

Recibí un mensaje en mi teléfono, creí que era Joel, pero no, era Manuel, quien sabe de dónde había sacado mi número.

—Alexa, hola, soy Manuel, quería preguntarte si tienes planes para hoy, habrá una reunión en mi casa.

—Ah, hola, pues no, no tengo planes, pero no soy mucho de ir a fiestas.

—Pues no es una fiesta como tal, si quieres te recojo.

—Pues no sé, ¿a qué hora sería?

—Tipo 3 de la tarde.

—Ah es temprano, entonces si.

—Perfecto, paso por ti a las 2:30

No sé si estaba bien aceptar su invitación, pero tampoco quería quedarme en la casa todo el día.

Hice los oficios de la casa temprano y me puse lo mejorcito que tenía, en todo caso, no había mucho de dónde escoger, mi cuerpo no naba muchas opciones tampoco.

Se me hizo tarde y no hice almuerzo, así que me hice otro sandwich y ya.

Manuel muy puntual llegó a la hora acordada.

—Que hermosa te ves.

—Gracias.

—Bien, pies vamos.

—Vamos, ¿Qué tanta gente va a ir?

—No muchos apenas unas 15 personas, es algo tranquilo.

—Está bien, igual no me puedo demorar mucho.

—No te preocupes máximo hasta la 1 o 2 de la mañana, más de ahí no creo.

Eso era mucho tiempo para mí, si embargo, no quise parecer una ñoña.

Llegamos al lugar y habían apenas unas 10 personas, la mayoría del periódico, incluído Ezequiel, siempre me cayó mal, saludé formalmente y me hice en una silla que había sola por ahí, la verdad es que me sentía incómoda.

Todo estaba calmado cuando llegó el grupito de porristas, 8 chicas de rostros y cuerpos perfectos, con unos micro vestidos que apenas y les tapaban lo importante...

—¡Manuel, vinimos a ponerle diversión a esto! —Gritó Liz, la líder de las animadoras.

Inmediatamente después, llegaron 3 camionetas, con los "deportistas" (entre ellos, Ariel y Marcos), del colegio y bajaron cantidades absurdas de cerveza y trago, en menos de una hora, en el lugar habían más de 100 personas.

LOS CHICOS DE LOS QUE ME ENAMORÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora