CAPÍTILO 7. LA HERENCIA

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Desperté casi a las 10:00 am y Joel no estaba en la cama, bajé y lo encontré en la cocina.

—Buenos días mujer hermosa, ¿Cómo amaneces? —se acercó y me dió un beso.

—Me duele la cabeza.

—Con justa razón, entre el alcohol y lo que te dieron, admiro que estés de pie.

—¿Qué haces?

—Nuestro desayuno mi amor, debes tener mucha hambre y yo también, me comería el mundo entero si me lo sirven.

—¿Te ayudo en algo?

—No te preocupes ya está todo listo, pasa a la mesa, empecemos con un juguito de naranja para el guayabo.

—¿En qué momento hiciste todo esto?

—Desperté temprano.

Había hecho caldito de costilla, huevos con mazorca, salchicha, cebolla y tomate, compró mucho pan, la mesa de llenó de comida.

Parecíamos marranitos, pasábamos entera la comida, pero no dejamos ni las migajas.

—¿Has hablado con tus padres?

—No, no han llamado ni escrito nada.

—Deberías llamarlos.

—Tienes razón, lo haré.

Los llamé pero no respondieron, unos minutos después recibí un mensaje de mi papá dónde decía que ya venían en camino, que no habían llamado porque la señal era deficiente.

Eso me dejó más tranquila, Hora me ayudó a hacer aseo en la casa, mientas yo lavaba mi ropa de la noche anterior... ¡Olía horrible!

Pusimos una película y nos recostamos en el sillón a verla, me abrazó y todo el mundo alrededor se desvaneció, éramos solo el y yo, amaba su compañía, deseaba de todo corazón que lo nuestro funcionara.

No cocinamos nada, Joel pidió domicilio... Pollo frito y soda de dieta... Para la salud según el.

—¿Por qué siempre pides soda de dieta?

—Por la salud.

—¿Y eso que quiere decir?

—¿Sabes cuánto azúcar trae una gaseosa normal? O ¿qué tanto traen una Pepsi y una coca cola? Eso es puro veneno.

—Mas saludable es un jugo natural.

—Ah también, pero cada quien con sus gustos.

De un momento a otro una idea surgió en mi cabeza, ¿cómo le iba a decir a mis padres que ahora Joel y yo éramos novios? ¿tendría que omitir el detalle de la fiesta? o ¿debía sincerarme y contar todo lo que sucedió? ahora estaba en el dilema más grande.

Bueno, primero lo primero, decirles que ahora eramos novios y pues lo de la fiesta, no pasó a mayores, así que lo mejor era no decir nada.

Creí que lo primordial era trabajar en mis inseguridades, sabía que esta relación sería un reto, porque cuando se hiciera pública, empezarían los comentarios malintencionados, debía ser fuerte y afrontar lo que se venía con madurez, sin salir corriendo al primer inconveniente; así mismo, no esperaba menos de Joel, creía que así como sin conocerme me defendió, ahora siendo su novia, con mayor razón sería capaz de enfrentarse a  lo que fuera y quien fuera por mi.

Creo que eso fue lo que me enamoró de él, su forma de protegerme, rogaba a Dios porque no hubiera tomado una mala decisión.

Cada beso, cada caricia y cada abrazo que me brindaba, venían cargados de infinita ternura, de devoción y de amor, podía sentir como sus miedos mas profundos desaparecían al tenerme entre sus brazos, igualmente, él era mi lugar seguro, a su lado no sentía miedo de nada ni de nadie, me llenaba de confianza y valor y estaba segura de que juntos podríamos conquistar el mundo.

LOS CHICOS DE LOS QUE ME ENAMORÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora