Pretty Little Liars [Fanfict] - An Almost Perfect Secret (En Español)

Temp. 1, capítulo 13 (Know Your Frenemies).

     En la mañana, Jane preparaba su desayuno antes de irse a la escuela.

     —Buenas, buenas.

     —Buenos días, ¿Qué haces despierta a esta hora? Creí que no irías a la escuela, no hasta mañana. —Jane se volteó un momento a ver a Nora.

     —Tex me levantó. Así que iré más tarde, justificaré mi retraso con nauseas.

     —¿Cómo? Si está en mi habitación.

     —Dejaste la puerta abierta —le recordó—. Se puso a recitar el Himno Nacional.

     —¿Estás segura que no quieres llevarlo a un programa? Sería el loro más famoso del mundo. —relató con sarcasmo.

     —¿Le diste de comer?

     —No, iba a terminar de hacer el desayuno primero.

     —No importa. Pásame la bolsita con las semillas. —estiró el brazo.

     —¿Vas a poder?

     —Jane, me lastimé un brazo, no los dos. Y ya estoy perfecta.

     —Okey, mamá. —le entregó la comida del animal.

     —Gracias. —murmuró con flojera.

     Iba a colocar el pie en el primer escalón, y se tropezó un poco. De vez en cuando la vista borrosa le hacía de las suyas. Fue subiendo con cuidado las escaleras, hasta entrar a la habitación de Jane.

     —Buenos días, hermoso pajarraco verde ¿Cómo amaneciste?

     —¡Nora! Nora! —Tex dentro de su jaula se alboroto al ver a su dueña.

     —Sí, bebé. Ese es mi nombre. —lo trataba como su pequeño niño.

     Comenzó a darle de comer, y Tex lo recibía gustoso.

     El celular de ella sonó, siendo una llamada de Mike: —Oh, hola.

     —Hola, Nora ¿te desperté? —preguntó avergonzado.

     —No, tranquilo. Estoy dándole la comida a Tex.

     —Oh, qué bien. Saludos a Tex.

     —¿Escuchaste eso? Mike te envía saludos.

     —¡Mike, mi amor!

     —Shhh, Tex. —ahora era Nora la avergonzada.

     Estaba en sus conversaciones privadas con el loro, mientras le daba frutos secos.

     —Escucha, Tex. Mike es mi amor.

     —¡Mike, mi amor!

     —No, no es tu amor, es el mío.

     —¡Mike, mi amor!

     El chico al otro lado del celular estaba riéndose, haciendo que el corazón de Nora no se quedara tranquilo: —Hola, Tex.

     Ella arraspeó su garganta con incómoda, de que su mascota la delatara: —No es que me moleste en lo absoluto, pero ¿y eso que me estás llamando?

     De vez en cuando se escribían por mensajes cosas puntuales.

     —Quería hablar algo contigo.

     —Por supuesto. Dime.

     —Mamá está empezando a salir con otros hombres, y... papá está de acuerdo.