12. ¿Quién es?

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(Es doble actualización así que revisen si leyeron el anterior xoxo)


Lucia


Comimos con papá y después de que se fuera y que la segunda prueba de embarazo de positiva, no sabía en qué pensar. Solo esperaba a Esteban en el sillón, mientras comía granola.

¿Me está engañando? ¿Por qué me mintió? Yo no le hubiera dicho nada si me decía que iba a ver a una amiga o qué sé yo.

Masticaba furiosamente, hasta que en un momento la puerta se abrió.

—¿Qué pasa? Te dije que no esperes despierta. —Me dijo mientras cerraba la puerta.

¿Eso es labial rojo en su mejilla?

—¿Cómo estuvo todo con tus amigos?

—... Bien, vamos a la cama, dale.

—Que raro, no los vi con vos, solo te vi con una mujer. —Solté.

—Lu, ¿me seguiste?

—No, solo te vi ¿Quién era?

—Nadie importante, vamos a la cama.

—No, ¿quién era?

—¿Vamos a hacer esto de nuevo, Lucia? Nunca te engañaría con nadie y lo sabés.

—¿Entonces por qué no puedo saber quién es?

—Es complicado.

—No quiero que la veas más si es complicado.

—Está bien, listo, no la veo más, ahora vamos a la cama ¿sí?

—Siento que me estás mintiendo y no me gusta.

—Lucia, tuve un día pu*tamente largo y quiero ir a la cama ¿sí? Hace lo que quieras.

Me dejó ahí y solo se fue a acostar.

Hoy debería ser un día festivo, deberíamos celebrar el bebé que tanto nos costó conseguir, pero no, teníamos que pelear.

Me quedé ahí en el sillón a dormir y no pasó mucho hasta que unos brazos me vinieron a recoger y llevar a la cama.

—No me toques, maldito mentiroso. —Balbuceé entre lo dormida y enojada que estaba.

—Lucia, hay cosas que se hablan solo en el cuarto.

Siguió su rumbo hasta la habitación y después de dejarme en mi lado de la cama fue a cerrar la puerta con traba.

Me sacó las zapatillas y me tapó con la colcha.

—Ahora. —Le dije.

—Era la madre de Miranda.

—¿Por qué te agarraba de la mano?

—Porque me quería ir y ella quería que la escuche.

—¿Y?

—Y está sobria y con muchas ganas de ver a Miri. Pero le dije que ella no la quiere ver, entonces se puso a llorar y tuve que consolarla. Fue solo eso, después la llevé a su departamento y listo. No pasó nada.

—Tenés su pintalabios en tu cachete.

Se intentó mirar y limpió su mejilla con su manga.

—El otro cachete.

Hizo lo mismo con su otra mejilla y se quitó ese color rojo que me estaba volviendo loca.

—Sos muy celosa ¿Sabías?

—Deben ser las hormonas.

Me miró sorprendido y yo saqué uno de los test de embarazo de la mesita.

—Felicidades, vas a ser padre otra vez.

Agarró la tablita y la miró anonadado y después me miró a mí.

—Vamos a ser padres.

Me abrazó y me besó la cabeza.

—Perdón por arruinarte la noticia. —Me dijo. —¿Los chicos saben?

—Todavía no. Estaba esperándote.

—Mañana les decimos, no lo puedo creer, después de tanto buscar... —Me miró y siguió. —No te ves muy feliz, creí que ibas a estar bailando ya para este momento.

—No me pone muy feliz lo que quiere esa mujer con mi hija.

—A mí tampoco, pero no tiene porqué opacarnos esto, hagamos algo mañana ¿sí? Salgamos a cenar todos juntos, así les decimos a los chicos.

—Bueno.

—Ahora a dormir ¿sí? Y a olvidarnos de lo malo.

Se metió dentro de la colcha y me abrazó, susurrando que todo iba a estar bien y yo le creí.

A la mañana siguiente me despertó con el desayuno en la cama, un té y unas tostadas con dulce de ciruela, porque me dijo que era mejor que ya no tome más café, por el bebé. Lo acepté, pero creo que va a ser el tipo de padre que va a empezar a comprar todo sano y orgánico por el embarazo.

Era fin de semana así que la pasamos con los chicos yendo al parque y después al supermercado y no, no me equivoqué, cada vez que me daba la vuelta Esteban estaba leyendo las etiquetas de las cosas y comprando lo más sano que encontraba. Hasta dijo que no compremos pan, que él se iba a encargar de hacerlo.

Ya de noche fuimos a un restaurante familiar a comer y tenía miedo de que elija por mí, pero me dejó hacerlo sola.

—Bueno, chicos, tenemos una noticia que darles. —Empezó Esteban.

—¿Mamá está embarazada de nuevo? —Preguntó Romeo y Esteban me tomó de la mano.

—Si, van a tener un hermanito o hermanita. —Les dije.

—Que sea nena, por favooooor. —Insistió Miri.

—Será sorpresa para todos. —Les dije. —Todavía es muy pronto para saberlo.

—Pero si es nena podemos jugar juntas. —Agregó.

—Esperemos que sí. —Le dije.

La comida llegó y cambiamos el tema a como estaba Esteban en su trabajo y cuándo íbamos a ir a visitarlo. La pasamos bien y la comida, aunque un poco fría, estaba buena.

Después llegó el postre y los chicos pidieron helado, lo que se me prohibió, por tener mucha azúcar y grasa, así que tuve que conformarme con una ensalada de frutas.

Al volver a casa ya estábamos todos bien llenos y queríamos ir a la cama, así que eso hicimos.

Esteban se acurrucó conmigo y puso una de sus manos en mi panza, para acariciarla.

—Me puso muy feliz la noticia. Gracias, Lucia, gracias por ser parte de mi vida y gracias por darme esta familia.

Lo miré y lo besé.

—Gracias por sacar la basura ese día. —Le dije, haciendo referencia a antes de que estemos juntos.

Se rió y me dio otro beso.

—Gracias por perder a tu hijo. —Nos reímos y lo golpeé.

Nos dormimos así, y no podría esperar otra cosa de él. 

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No quedan muchos capítulos para el final, así que si me apoyan con votos y comentarios antes de que termine diciembre ya lo tienen completo.

xoxo

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