10. Honeymoon

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Esteban

Ya habíamos llegado a la cabaña y debo decir que Gina se pasó, había flores por todos lados y pétalos de rosas que iban hasta la habitación. La cama era tamaño King y bien que la íbamos a aprovechar. Lucía fue al baño a sacarse el maquillaje y yo me saqué el traje, para esperarla en calzoncillos, arriba de la cama.

Había un parlante de música que sonaba con una canción melódica. Todo estaba perfecto y se veía muy bien.

Lu salió del bañó y la ayudé a sacarse el vestido, lo más lento que pude, entre besos y caricias. Cuando por fin cayó al piso, pude ver su lencería de color rojo, que me hizo tragar saliva.

—Estás hermosa. Recordame comprarte lencería sexy de vez en cuando.

—Anotado.

Quedé sentado en la cama y ella sobre mi regazo. Creo que ni debería agregar que mis manos se encontraban agarrando fuertemente su cu*lo.

Bajó la cabeza y puso sus brazos sobre mis hombros, para besarme.

—Te amo. —Me recordó entre besos.

Mis besos fueron bajando a sus pechos y corrí la lencería para abajo, teniendo más acceso a sus pezo*nes. Los chupé hasta el cansancio y después nos moví a la cama para estar arriba de ella. Soltó una risita de por medio y yo solo sonreí.

Nos besamos de nuevo y metí mi mano en su tanga, para sentirla. No estaba mojada todavía, pero eso tenía que cambiar. Froté su clíto*ris hasta que gimió por más y después saqué mi mano, para terminar de desvestirla... si, la lencería ya logro su efecto, más duro que esto no me puede tener.

—Tengo una sorpresa, esperame justo así. —Le pedí y quedó en modo estrella totalmente desnuda.

Fui a mi mochila y agarré el vibrador que le compré, solo para cambiar un poco, espero que le guste.

Volví a la cama con el vibrador en mi mano hábil y ella me miró sorprendida.

—Eso es gigante.

—No te preocupes, es externo.

Volví a subirme arriba de ella y lo prendí acercándolo a su clíto*ris.

—Wow, potente. —Afirmó.

La besé y dejé el vibrador en ese lugar hasta que la escuché gemir y lo pasé hasta su entrada. Que no tardó en humedecerse, gracias a las vibraciones.

—Umm, Este, esto se siente muy bien.

Creo que le estoy teniendo celos a un vibrador.

La toqué y entraron dos dedos de una, así que solo me introduje despacio y corrí el vibrador a su clíto*ris por segunda vez.

—Ahh. No puedo, no puedo, se siente demasiado.

—Si, esa es la idea.

—No, Esteban, me meo, me meo, paralo.

—Dejalo salir, liberate.

—Ahhh, ah no, no. Ahhh

Subí un punto la potencia y ya no pudo más que creo que acaba de terminar de diez. Sus piernas temblaban y había mojado todo. Sus ojos se encontraban cerrados, mientras se mordía el labio y no podía ser más sexy. Yo todavía no paraba el vibrador, así que sus piernas iban a seguir moviéndose hasta que no lo haga.

Intentó mover el vibrador para salir de su orgasmo, pero no tenía ni fuerza, así que la ayudé y dejé el vibrador a un lado, para concentrarme en mi propio orgas*mo, que no tardó mucho más en llegar.

Caímos rendidos a la cama y pasé mi brazo por debajo de su cuello, para tenerla en mi pecho.

Espero que haya un cambio de sábanas en algún lado porque en estas ya no se puede dormir.

—Creo que fue el orgas*mo más largo que tuve en mi vida. —Acotó.

—Si, me pareció. ¿Te gustó el vibrador?

—Creo que fue demasiado intenso para mí.

—Fue bastante intenso para mi billetera también.

Me miró y se rió, así que me reí yo también y besé su cabeza.

—Vamos a bañarnos, que debemos dar asco. —Dijo con simpleza.

La llevé como princesa, porque sabía cómo eso le encantaba y nos metí a la ducha. Jugueteamos con la espuma del shampoo y nos lavamos las espaldas, lo normal, lo divertidamente normal y salimos.

Busqué en el placar un cambio de sábanas y con Lu las cambiamos a unas menos húmedas. Nos acostamos finalmente y nos mimanos como siempre. Toqué su cabello y ella mi pecho desnudo.

—¿Cómo estarán los niños? —Preguntó.

—Que yo recuerde ya no son más niños y deben estar bien, sino nuestros celulares estarían sonando.

Se tranquilizó y siguió acariciándome, mientras yo me iba durmiendo, sé que no cenamos, pero su tacto es muy tranquilizador.

...

Sentí la calidez del sol en mi rostro y fui abriendo los ojos de a poco. Lu estaba como trepada a mí y estábamos desnudos, pero tapados con una sábana.

—Lu. —La intenté despertar. —Ya es de mañana.

La vi acurrucarse más a mí y quejarse.

—No me quiero levantar. —Gruñó.

—Ya sé, pero tenemos que desayunar algo. Te hago unos panqueques, pero me tenés que soltar.

—No quiero, sos mi esposo, ahora sos mío, ya no te suelto más.

—¿Y cuándo tenga que ir a trabajar?

—Vas a tener que renunciar y quedarte en la camita conmigo todo el día.

—Claramente no, porque tenemos que ser un ejemplo para nuestros hijos, y levantarnos a trabajar. Vamos, koala, hora de levantarse.

La levanté conmigo y terminamos comiendo unas tostadas porque solo había pan con dulce.

—Es linda la cabaña. —Dijo mirando para todos lados.

La verdad que era muy chica, como acogedora, pero tenía sus encantos, como tener de piso a techo todo en madera y todo adornado con plantas de interior.

—Si, es realmente linda.

Era lo que necesitábamos, un lugar para escaparnos nosotros dos solos y que no haya espacio para nadie más.

Así pasamos nuestros tres días, unidos, viendo las fotos de los chicos que nos mandaban nuestros padres, pero más que nada en la cama, riéndonos de nuestras "primeras citas" o de memes que veíamos en nuestros celulares. No es como si pasamos los tres días cogi*endo como conejos, solo los pasamos acurrucados, sin preocupaciones.

Cuando ya era hora de irnos primero fuimos a dejar las llaves y después a recoger a los chicos, que por alguna razón también tuvieron un descanso de nosotros y saltaron arriba nuestro, como yo lo esperaba. Supongo que ya son grandes, les gusta pasar tiempo sin sus padres.

Esa noche cenamos y pese a todo dormimos con Miri en la cama, al final ella si nos extrañó un poquito. 

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Al final no llegaron a las estrellas suficientes en el cap anterior, vamos a ver como van en este. Si llegan a los 20 votos hay triple actualización.

Los leo

xoxo

Julieta & Nosotros [+18]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora