🝮 One Shots Lawlu 🝮

🝮 3 - Amante 🝮

—¡Ahhhh! T-Torao... mgh~

La habitación era una cláusula de gemidos, habitada por dos personas en pleno acto sexual, un ojeroso apoyado en la cama, mientras que un pequeño azabache lo montaba, dando leves brinquitos haciendo que el miembro del contrario entrara en lo más profundo de su ser.

—L-Luffy... me voy a correr... mierda...

—Y-Yo igu~ ¡oh p-por~!

El menor fue interrumpido por un gemido agudo que salió de su propia garganta, producto de la semilla dejada por el mayor, el pequeño azabache sentía como ese líquido espeso y caliente llenaba todo su interior, haciéndolo sentir cansado después de aproximadamente 4 horas de sexo seguido, definitivamente ese hombre no se rendía.

Se dejó caer en el pecho contrario, escuchando sus acelerados latidos, aún estaba intentando regular su respiración. Volteo a ver al ojeroso, el cual tenía una mirada penetrante y llena de lujuria hacia Luffy, su Luffy.

—¿Ya te cansaste? Pero si apenas hemos empezado Luffy...— le acarició sus muslos con suavidad, bajando poco las yemas de su dedo a su entrada dilatada.

—P-Pero tu esposa...

El menor intento levantarse del pecho del ojeroso, pero unas fuertes manos se apoyaron en su cadera provocando que cayera instantáneamente en el cuerpo desnudo de su amante.

—¿Adonde crees que vas Luffy?... Todavía no hemos terminado.—Dijo el contrario mientras colocaba sus manos en la nuca y cintura del menor, dejándolo sin escapatoria.

—P-Pero Torao... ella puede venir y-y nos puede ver...

—¡CARAJO!— Gritó Law con molestia, provocando un brinco de susto al menor, él jamás le había gritado.

Jamás. Hasta hoy.

Ya llevaban dos años viéndose a escondidas de la esposa del ojeroso y aunque en un principio los dos se propusieron nada de besos ni sentimientos durante el sexo, uno de ellos no pudo evitar romper las reglas, mientras que el otro las siguió a pie.

Y aunque el primero en enamorarse fue Law, el menor no lo repitió, solo tenía sexo con el ojeroso cuando él se lo pedía a cambio de pases gratis para los mejores restaurantes Gourmet de carne del país, cosa que la fascinaba al chiquillo y le disgustaba al mayor, sabiendo que un trozo de carne era más importante que él.

Era un modelo famoso, guapo, fornido, inteligente, trabajo estable, atento, aparte de ser uno de los solteros más codiciados de la época, pero nada de eso parecía importarle a su amado Luffy.

Volviendo a la actualidad, Trafalgar se encontraba encima del menor mientras lo embestía sin pudor alguno, agarrando con fuerza sus piernas para dejarlas abiertas.

Las manos del menor estaban atadas a la cabecera de la cama y su boca se encontraba siendo succionada por el mayor, sacando hasta la última gota de saliva de el.

—E-Espe... mgh~ ¡m-más despacio~!

Gemía desesperadamente, intentado que el mayor parara sus bruscos movimientos, aunque en el fondo le gustaba, ya se estaba pasando, lo estaba lastimando.

No pasó mucho tiempo hasta que el ojeroso se viniera dentro de el chiquillo, mientras que el menor en el abdomen de ambos.

—T-Torao...— Dijo el pequeño de la habitación cuyos ojos estaban acuosos y garganta casi seca, el ojeroso se había encargado de dejarlo en su límite, como si de un muñeco se tratase.