𝐐𝐁 » Cuando sabes que para todo hay un arreglo, pero este tiene costo.
「¿⌕」
⁰⁰ ⎘ Ship de cubitos ficticio.
⁰¹ ⎘ Favor de discreción e incomodar.
⁰² ⎘ Probable, mucho, OCC
⁰³ ⎘ Está historia es 100% mía.
⁰⁴ ⎘ Si el contenido no es de tú agrado...
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—Te dije que te enfermarías. Pero no, el señor quería mojarse.
—No quería mojarme, solo trataba de ayudart- —carraspeo, no pudiendo terminar su frase, al sentir malestar en la garganta—. Siento como si me hubiera pasado un tren. Por favor, Big Q, cortame las piernas, ya no las soporto. —suplicó con la respiración entre cortada.
Quackity suspira.
—Tranquilo. Cálmate. E inhala —coloca el trapo húmedo, que había ido a remojar hace unos segundos, sobre su frente caliente—. Siempre quise poner trapos mojados sobre la frente de alguien, como en las películas. No sé sí funcione, pero me emociona. —sonríe divertido ante el pensamiento.
—No es momento de hacer tus pruebas sobre mí. —lo mira con los ojos casi cerrados y lagrimosos.
El sonido de alguien tocando la puerta resuena. Ambos voltean a la dirección y ve como el ojinegro se levanta del lugar donde momentos anteriores se había sentado.
—Ahora vengo. —argumenta, yendo a la salida de la habitación.
—¿Qué? Trajiste visitas conmigo, aquí, casi muriendo. —resonga con un puchero.
—Bien que para molestar no te sientes mal. —atraviesa el umbral, escuchando un bufido del enfermo.
Wilbur se queda allí, maldiciendo a quien haya hecho que tragar saliva sea ya una obligación, sentía su garganta ser picoteada por muchas hormigas.
Voltea la mirada cuando escucha los pasos acercarse a su lugar y puede ver dos cabelleras rubias junto al niveo.
—¿Tommy? —un hilo de voz sale de su garganta. Sus ojos brillaron como si no hubiera visto al de blanco hace bastante tiempo.
—Creo que deberías ir trabajando ese metabolismo, hermano.
—Ni que lo digas —parpadea, dirigiendo su mirada hacia el techo—, siento como alguien me está martillando la cabeza. Por cierto, ¿qué hacen ustedes acá? —recuerda, extrañado, al ver al dúo de ojos azules en la casa del mexicano.
—Mi queridísimo, Quackity, nos a invitado a su humilde morada a tomar una taza de té. —una sonrisa se ensancha sobre su rostro, rodeando con su brazo izquierdo el cuello del ojinegro.
Wilbur alza una ceja divertido y Quackity se aleja instintivamente del contrario.
—No te acerques a mi, por favor. —dice con desagrado.
—Yo sé que me quieres mucho, no tiene que fingir, estamos en confianza. —formula con una sonrisa sarcástica, haciendo a Quackity negar con rapidez e incredulidad.
—Tommy, deja de molestar —regaña el rubio menor—. Quackity nos habló, dijo que un insoportable inglés estaba postrado en su cama con una gran gripe sobre él. —responde la pregunta anterior del ojimiel.
