Pretendiendo que el pelinegro no existe, Yeonjun, su roommate y cuñado, lo ignora desde la noche en que sus camas individuales fueron usadas más que para dormir.
Beomgyu, es estudiante de ingeniería, de bajo perfil pero buen estudiante, es el compañ...
Me encuentro solo en mi departamento con la ausencia de Beomgyu. Él no me habla desde que le rogué que viniera conmigo y me dijo todas esas palabras hirientes.
A decir verdad no recuerdo mucho de lo que pasó luego de escucharlo, pero el dolor de mi corazón es demasiado, no me siento bien; necesito verlo, tocarlo y sentir que está cerca de mí, pero él no me quiere dirigir la palabra.
Desde hace semanas le envío mensajes y no contesta ninguno.
— Jun, vamos a comer algo — sonríe Hyunjin en mi puerta.
— Ya comí Jin, gracias — miento.
Las comidas que también me trae Taehyun no me apetece comerlas, no tengo hambre y no sé qué me pasa. Mi cuerpo no responde a lo que quiero, me siento débil, necesito alcohol.
— Está bien, ¿necesitas algo?
~ Sí, a Beomgyu ~
— No Jin, ahora si quieres traer algo, puede ser unas cervezas, se me acabaron y quiero beber una, hace días que no lo hago — río, volviendo a mentir.
— ¿Estás seguro? te traeré comida igual, ya vuelvo.
Cierro la puerta esperando a mi amigo, sé que traerá comida, pero no tengo hambre.
Últimamente me he estado embriagando con poco alcohol, me miro al espejo y me veo deteriorado sin embargo no soy capaz de llevar mi vida en estos momentos, Taehyun me quiere llevar a casa de mis padres y sé que ellos no me extrañan, sólo lo hago por él a quién veo con sus ojitos de bambi preocuparse por mí.
Finalmente soy arrastrado a esa casa, me reciben bien pero sé que su hipocresía y tenacidad no tienen límite, mi expresión cambia cuando incluyen a los Choi en su conversación, realmente no tienen tacto y siento que cada vez que hablan escupen veneno, simplemente callo.
Mi hermano me defiende como siempre, es estúpido y debería ser yo quien lo defienda a él de las garras de mis padres, pero no soy capaz. Él siempre ha sido mi pilar y quien me cuida mejor.
Ordenamos las maletas, no quiero hablarle, no me salen las palabras y quiero llorar, Tae es muy bueno conmigo y no quiero preocuparlo más, sus problemas también son válidos y no quiero ponerle un peso más a su hombro.
Bajamos a la cocina de la inmensa casa de mis padres, al menos tomaría un poco de jugo frente a Tae y no causarle preocupación, cuando de la nada el silencio se vio interrumpido por una voz demasiado familiar, una voz de hombre.
— Yeonjun-ah — vino Soobin desde el patio de la mano de un chico con una nariz respingada y alta.
El vaso que sostengo choca contra la cerámica, derramando todo el jugo contenido en él, trago saliva pesadamente ya que el nudo en mi garganta se hace notar.
— So...so...Soobin — con los ojos como plato, tartamudeo y me quedo viéndolo de pies a cabeza.
Soobin ha crecido mucho, mide casi 190 cm y tiene el cabello teñido de un tono gris plateado, se ve muy lindo.
Con las pocas fuerzas que tengo, corro a los brazos del hombre que una vez amé. Necesitaba calidez en esos momentos y él con su sonrisa me podía calmar un tanto, además sus hoyuelos marcados, su nariz arrugadita y esos ojos achinados que tanto me gustaban, me causaban paz en esta tormenta en la que estoy atrapado.
— Yeonjun-ah, qué sucede mi niño — me dice con su voz gruesa.
— ¿Por qué nunca volviste?, ¿por qué no me contactaste?
— Estuve estudiando, lo lamento tanto y mira — apunta al niño de su lado — es mi prometido, te lo he venido a presentar. Él te quería conocer.
Me descoloqué un poco, por qué el chico me quería conocer si sólo fui una persona pasajera en la vida de Soobin.
— Un placer, soy Hueningkai — me estira la mano estilo canadiense, la cual le correspondo — Bin me ha hablado mucho sobre ti — me sonríe amable.
~ Rayos, entendí todo ~
— Un placer — sonrío con debilidad.
Hueningkai no estaba celoso de nada, el pasado de Soobin había sido igual que el de Yeonjun, él sabía que los chicos sólo eran dos pequeños destruidos a temprana edad, se estaban descubriendo y los frenaron separándolos fríamente.
Soobin también tenía depresión, la persona que era hoy en día fue todo gracias a Kai, su terapeuta, cinco años mayor que él, quien llegó a su vida y lo consoló, convirtiéndose en el pilar del peligris en California, ya que era hijo único con unos padres homofóbicos.
Yeonjun no se podía imaginar el dolor de Soobin en ese entonces.
— Llevo cinco años junto a él y nos vamos a casar el mes que viene, vine a entregarte tu invitación pero creí que te vería feliz como siempre lo fuiste, no esperé verte con esa cara, ha pasado algo desde entonces? — aturdido mira a Taehyun quien le niega con la cabeza para que dejara de hablar o preguntar algo.
— Yo... yo... quiero a Beomgyu — musito mirando hacia abajo, ocultando mis ganas de llorar.
— Okay, que lindo reencuentro, pasemos a la sala — dijo entre dientes Taehyun tomándome de los hombros y empujándome hasta al sillón.
Los demás nos siguieron.
~
— Cuéntame más de ti, Jun ¿qué has hecho este último tiempo? — me pregunta Soobin.
No quiero decirle nada, se ve tan feliz que no quisiera arruinar su momento, si bien genuinamente estoy feliz por él, también lo extrañaba y no esperaba para nada esa noticia, mi corazón se siente pesado.
— Estoy bien, mis notas van bien y ya me queda poco para titularme de medicina. Estoy en el receso de la universidad — sonrío falsamente, no puede notar mi tristeza.
— Ouh, me alegro por ti lindo, entonces nos vemos en mi boda, ¿vendrás cierto?
— Nos vemos ahí, iré aunque me cueste la vida — me paro algo mareado, con los ojos desorbitados, no podía parar de pestañear tratando de enfocar al niño sentado frente a mí y al cual debía dirigirme para dar mis felicitaciones.
En ese mismo instante, Soobin se percata de algo, levantándose de su asiento y me abraza para sostenerme, dejando a todos perplejos por su acción.
Lo último que escucho es a Tae gritándome.
— Hyung.
Mis ojos pesados se cierran.
Yeonjun llevaba días sin comer, estando solo en el departamento, llorando todos los días y bebiendo alcohol, su cuerpo ya no resistiría, los pensamientos que invaden a diario su mente se lo estaba carcomiendo por dentro y Soobin se dió cuenta de algo muy particular que él hacía y que Yeonjun nunca vistió camisetas manga larga.
*Son capítulos cortitos, lo siento, luego se vienen los largos, estos son por amigos y hermano de los protagonistas*
Y también les dejo foto de la parejita que se casará en mi mente y en el fic, pero no en la vida real 💔
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