WISHING YOU - YEONGYU (Completa)

Capítulo 12 - Cara a cara frente al problema

Yeonjun

— ¿Qué le hiciste al departamento? — digo asombrado dando un paso adentro y veo que el sofá es nuevo, hay tazones de corazón en la alacena, la cocina brilla, la mesa es nueva y mientras más avanzo, más cosas veo que no estaban antes.

Entro a mi habitación y está llena de libros y funkos de pokemon.

— Beomgyu, qué es todo esto, ¿dónde diablos está mi cama?

— Quería sorprenderte, ¿no te gusta? - hace un puchero.

Cómo no me va a gustar si la reorganizó él.

— Me gusta, pero no crees que necesito una cama para descansar y un mueble para poner mi ropa, ¿ya me quieres echar del departamento? — miro con ojitos tristes.

— Eso jamás, ven — toma mi mano y me arrastra.

Me lleva a su habitación, en la cual veo que hay una cama grande, un espacio en el ropero con las puertas abiertas y mis peluches de cumpleaños que él mismo me había regalado, que acepté con disgusto y los guardé al final del baúl todos los años para que no me descubriera.

— Quiero que duermas conmigo, te cuidaré día y noche — dice con una voz angelical y me da un beso en la mejilla.

Quedo pegado viendo el interior de la habitación, con los ojos tan abiertos como puedo y el color rojo de mis orejas que surgió por ese tierno beso en mis cachetes.

~ No puedo Martha, es tan adorable ~

Reaccionó ante su besito, lo tomo de la cintura y lo atraigo a mi cuerpo, dejando caer la mochila que traía en el hombro colgada de un tirante.

— Gracias por esto y por todo, pequeño — le doy un beso en la nariz y me quejo de dolor, después de todas las inyecciones y el estar tantos días echado en esa cama ya me duele el cuerpo, aún estoy débil.

— No te preocupes, te lo debo, no debí provocar que te sintieras tan mal y te hiciera caer en eso tan horrible como lo es la depresión, te ayudaré en todo lo que pueda, ¿sí? — me toma del brazo y me lleva a la cocina, me da un juguito.

— Perdón que me vieras en este estado, me debo ver horrible ¿verdad?, según recuerdo, te gustaba verme a escondidas cuando miraba por la ventana y tomaba el sol — me río de él.

A decir verdad siempre lo pillaba mientras me observaba, por eso dejaba la puerta entre abierta y no fue una vez, sino que fueron muchas y cada vez lo provocaba más, para ver si algún día me decía algo, pero nunca habló.

— Juuuuun... — sus mejillas se pusieron rojas y el vaso que traía al otro lado de la encimera, casi lo suelta — por qué nunca me dices nada y sólo me molestas, pensé que no sabías de ello — pone el vaso frente a mí y me mira con sus ojitos de niño berrinchudo.

Me acerco a su cara y con una mano le acaricio sus mejillas color carmín — Bonito, cómo no iba a saberlo si tengo un espejo frente a la puerta y se ve tu reflejo, también vi que tú...

— ¡No digas más! — pone su mano en mi boca.

Lo molesté un momento más, comí un sándwich y me fui a la habitación, que ahora tiene una televisión en ella.

— Ven conmigo, vamos a tener una tarde de películas, mañana entramos a la universidad y es mi último año, debo estudiar.

— Tengo una duda, por qué te va tan bien y pasas todos los años invicto, nunca estudias y sólo vas a fiestas — me pregunta.

— Gyu, Tae no te dijo mi situación...

— Sólo me dijo que los tíos te estaban obligando a casarte con Sakura, que tenías depresión y sobre tu rompimiento con ese esperpento... ah y que también los tíos Seong estaban locos.