cap.37 semana perfecta

3.3K 161 3
                                    

Pov. Alexia

Por fin, por fin he empezado a entrenar con el grupo. He pasado un mes entrenando aparte y hoy, con el primer rondo con el grupo no he podido disimular mi emoción. En quince días si todo va bien me han dicho que me podré disfrutar de los últimos minutos en el terreno de juego.
La verdad, aún que me han parecido años, he recuperado mucho más rápido de lo esperado. Y aún que todos queremos ir poco a poco para evitar así una recaída, estaré lista en breve. Lo que significaba poder jugar el último mes de la temporada, y poder ayudar a conseguir todos los títulos.

Al terminar el entrenamiento me fui feliz a buscar a Paula en su trabajo, ella no me esperaba ya que habíamos quedado delante de una casa candidata a ser nuestra.
-Ale?! Que haces aquí?-dijo al verme esperando su salida delante de la puerta-.
-Esperar a la mujer más hermosa que he conocido- piropeé-.
-y esa felicidad? Te brillan los ojos como nunca! - dijo acercándose para saludar con un beso-.
-ya entreno con el grupo, en nada volveré!
-amor! Eso es genial!!- me abrazo fuerte sabiendo lo que significaba para mí-.
-vamos a ver nuestro nuevo hogar?
-a ver si es verdad, nunca pensé que sería tan difícil encontrar una vivienda.

Subimos al coche y nos dirigimos a la dirección. Le explique a Paula lo que había visto de la casa, por que yo encontré el anuncio y ella no lo vio, solo le dije que había pedido hora para visitarla y que era ideal para nosotras.
Era una casita adosada con un pequeño patio delantero. Con tres habitaciones y dos lavabos. Situada en un barrio familiar a unos veinte minutos del trabajo de ambas.
Podía ver de reojo como todo lo que le contaba de la casa le gustaba. Hasta que nos paramos delante, que su cara cambió a desilusión.
-amor, no puedo permitirme eso seguro. Cuanto cuesta?!
-si que podemos!
-no, dijimos que pagábamos a medias. Mi sueldo no es como el tuyo.
-y por eso creo que lo que pediste no es justo!- intenté hacerla cambiar de decisión-. Mira Paula, he estado pensando y creo que lo más justo es poner una parte proporcional de nuestro sueldo.
-No, Alexia. Te deje claro que sería a medias.
-es que no es justo! No es justo que tu pongas el setenta por cien de tu sueldo y yo solo el vente. Lo justo es poner el mismo porcentaje.- intenté explicar-.
Pude ver como su cabeza daba vueltas y negaba en silencio. Le propuse abrir una cuenta bancaria conjunta poniendo cada mes un porcentaje de nuestro sueldo, así todos los gastos saldrían de allí y no tendríamos problemas. Ella acepto la condición, después de mucho rato discutiendolo.
La casa como supuse por el anuncio era perfecta para nosotras. Estaba en muy buenas condiciones, lista para entrar a vivir. Ni una capa de pintura hacia falta.

-Que te ha parecido?- pregunté una vez subimos al coche de vuelta a mi piso-.
- me encanta!- dijo poniendo una mano como siempre cuando conducia encima de mí muslo-. Pero no crees que es un poco grande, no necesitamos tres habitaciones.
-aquí te equivocas! No harás volver a tus padres cuando vengan a visitarnos de noche por aquellas carreteras. -me miró con la sonrisa más hermosa que jamás pude imaginar-. Además le prometí a tu padre que lo invitaría a un partido, que lo más seguro será tarde. Pues pasan aquí la noche y por el día siguiente que se vayan cuando quieran.
-no sabes cuanto te quiero- dijo ilusionada por mis palabras y dándome un beso rápido en la mejilla, pues seguía conduciendo-.

Por fin teníamos casa, el jueves firmabamos la hipoteca y el viernes empezaremos con la mudanza.
Estaba viviendo una semana perfecta, aquella donde todo se pone en su lugar. Volvía a sentirme futbolista, viviría con el amor de mi vida en nuestra preciosa casa. Y para terminar solo me faltaba el examen final para sacarme el título de entrenadora.

Y por si fuera poco ese sábado haría un año desde que vi por primera vez a Paula.
Esa Paula tímida y vulnerable que parecia estar perdida en aquel bus.
Eso me hizo pensar en lo que ella también había cambiado en ese año. Y lo orgullosa que me sentía de ella. Pasó de ser una niña asustada en un lugar desconocido para ella, solo para intentar conseguir sus sueños, a ser toda una mujer, con las ideas claras, segura de si misma y a punto de conseguir sus mejores sueños.
Pensé en celebrar todo lo que hemos conseguido, y que mejor día que este sábado. En nuestra nueva casa rodeadas de nuestras familias.
Así que no lo pensé más y me puse a llamar a la gente.
-Sara!! Necesito de vuestra ayuda!!
-que te pasa Ale? Paula esta bien?
-verás...Pau y yo compramos una casita y me gustaría hacerle una sorpresa este sábado aprovechando que hará un año desde que nos vimos por primera vez.
-entonces, quieres que te ayudemos con la mudanza?
-NOOOO! por eso ya contrate a una empresa. Quiero que me ayudéis a distraer a Paula
-wooooww!!! Eso si me gusta!
-pero Sara, que no se entere de nada, que nos conocemos! Nada de cosas raras!!
-vaya...cortando la diversión antes de empezar. -se río- puedo pedir ayuda a Ana?
-Claro, pero que Pau no se entere. Voy a llamar a su familia para que se venga y quiero que sea todo sorpresa.
-no se enterará!
-no sé...la necesito fuera toda la mañana, seguro serás capaz?
-claro. jefa!- estuvo un segundo en silencio- otra cosa! Para cuando la fiesta de inauguración con las amigas?
-Nada de fiestas Sara.- dije tajante-
-para el día que tengáis descanso, no ahora ya lo sé que quieres estar descansada.
-estamos a la recta final de la temporada, no podemos distraernos. Cuando terminemos la temporada hablamos de momento nada de fiestas.
-pero que no te digo de un desmadre- protestó con ganas de montar algo-.te digo de hacer una pequeña reunión con tus amigas!
-Sara! No haremos nada hasta que termine la temporada.
-bueno, vale!- dijo derrotada-. Pero así que terminéis quiero la fiesta.
-ya lo hablamos luego.
La colgué, sabía de sobras que si seguía hablando con ella al final montaría una fiesta con todo el mundo. Pero yo ahora mismo volvía a sentirme jugadora, así que no permitiría hacer absolutamente nada que perjudicará o condicionará el siguiente partido, debía volver a estar al máximo, superar el nivel físico de mis compañeras se convirtió en mi nueva obsesión.

El siguiente en llamar fue a Marc, por supuesto estuvo encantado de venir y más cuando supo que podría venir a ver el partido y conocer a mis compañeras. Luego cogí fuerzas y llame a sus padres, me cogió el teléfono Ramón, aún que la conversación fue corta y en más de una ocasión parecía que hablaba sola, me dijo que vendrían. Así que todo está perfecto.
Ahora llegó el turno de mi madre, la dejé por último pues sabía que estaría encantada con la idea, además que por fin conocería a los padres de Paula, cosa que llevaba tiempo deseando.

Solo Si Preguntas TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora