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—Yoongi, por favor para de mover la pierna, me pones nervioso.

—Seokjin, no todo se trata de ti ¿Ok? Dejame sacar el estrés y los nervios, este hermoso cuerpo es demasiado pequeño para todo eso, explotaré como una puta palomita si no los saco de alguna manera.

—¿Y eso en qué me afecta a mí?

—A veces de verdad no puedo creer que seamos tan buenos amigos, eres un insensible de mierda.

Yoongi se levantó del pupitre a un costado de su amigo para ir a sentarse lejos de este, luciendo bastante molesto. Jin iba a levantarse para traerlo de vuelta y esperar juntos los resultados del examen de nivel que habían hecho la semana pasada, pero una voz lo interrumpió.

—Seokjin hyung, soy yo de nuevo... quiero pedirle disculpas de nuevo, yo... mi mamá hace una pomada que alivia los dolores musculares, le traje un poco, por favor úsela en la espalda o donde sea que sienta dolor, es realmente buena. —Seokjin observó al chico que le hablaba en tono bajo y avergonzado, de mirada gacha y rehuyendo a la suya.

Por un momento no supo quién era, hasta que a su memoria vino el nombre que acompañaba ese cabello color cereza.

—Oh... Jungkook ¿Verdad? — preguntó para confirmar. El chico asintió, sintiéndose tímido ante la mirada del mayor sobre él—. No es necesario, pero gracias. Dile al idiota de Namjoon que puede dejar de torturarte, no necesito que me defiendan.

—Namjoon hyung no me mandó, he venido por cuenta propia.

—¿Y cómo supiste en dónde estaba?

—Todos conocen al atractivo chico llamado Seokjin, no fue difícil —respondió con mayor confianza que antes, levantando la vista al fin y sonriendo en grande.

—Sin duda soy atractivo, pero no lo digas así que me sonrojo— bromeó el mayor —.  En fin, aceptaré esto, pero solo porque el dolor de rodilla está matándome.

Jungkook hizo una pequeña reverencia mientras sonreía, sintiéndose un poco menos culpable por lo que hizo.

El día anterior había llegado a casa con la nariz sangrando, un pómulo enrojecido y sangre en su ropa, su madre se había puesto histérica y estaba por regresar a la escuela a hablar con los directivos, pero Jungkook le contó lo que había hecho, ganándose ahora un manotazo por parte de su progenitora.

—Más te vale disculparte con ese chico y convencerlo de venir a comer o yo voy a llenarte el cuarto de arañas y te haré sacarlas una por una con las manos —. Le había dicho la mujer en tono amenazador.

Jungkook se retorció en un escalofrío al recordar las palabras de su madre, sabiendo que cumpliría su promesa si no lograba hacer que aquél chico lo acompañara a comer.

—Hyung... yo necesito, quiero, usted, desearía... ¡Ahj! Mi madre se enteró de todo, quiere disculparse por la mierda de hijo que tiene y me pidió que lo llevara a comer esta tarde a mi casa o va a hacerme cosas horribles, sé que no estoy en posición de pedir favores, pero se lo suplico, acompañeme a comer hoy.

Seokjin comenzó a reírse discretamente, enternecido por la repentina timidez del pelirrojo.

—Respira por favor, de acuerdo, iré solo si me prometes no hablarme tan formal, no soy tan mayor.

Jungkook asintió enérgicamente, corriendo fuera del aula para luego regresar igual de apresurado.

—Te veo en unas horas hyung, yo te busco, no te preocupes.

El chico volvió a correr fuera del aula, dejando a Seokjin con un estado de ánimo alegre, levantándose de su asiento y sacando una mandarina de manera discreta de su mochila para ir a por su enfurruñado amigo.

선생님 (Profesor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora