Mónica en Portugal

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El viaje desde Madrid a Lisboa, duraba una hora y media aproximadamente, así que me puse a escuchar un poco de música para pasar el rato, dado que el panorama no era muy interesante, era un vuelo de gente mayor, además una vez que llegase al aeropuerto debería subir a un autobús por dos horas y media hasta  un pueblecito llamado Castelo de Vide. 

Mi profesor de la Universidad había realizado un contacto con su amigo Diego, un empresario de turismo rural y él le aseguró que tendría allí mucho para recorrer y aprender de la zona, más allá de toda la teoría que incorporé en éstos años de estudio, sugirió qué no había nada mejor que realizar las prácticas en terreno concreto, así que iba a por ello. 

Al llegar a Lisboa, avisé a Diego que ya estaba cerca y él me comentó que estaban esperándome para comenzar a trabajar cuanto antes. Aproveché para comprar un bocadillo y comer en el viaje, realmente tenía hambre y sed, no podía esperar a llegar allí. No tenía idea aún donde estaría alojada y eso me ponía muy nerviosa, sólo sabía que me darían todas las comodidades necesarias. De paso le envié a mi madre un mensaje, diciendo que estaba en Lisboa rumbo al pueblo. 

El viaje era confortable, mucha gente mayor y algunos niños en el autobús y una rubia más o menos de mi edad que no paraba de observarme y sonreír. Así que no bajé mi mirada y en un momento me realizó la pregunta obvia, ¿Tienes señal en el móvil? jaj jaja por supuesto tenía y esa fue la introducción a una charla que iba a durar años...

Su nombre es Patricia y era chef, así que pensé, me debo hacer amiga de ésta mujer y no sólo por lo guapa. Era evidente que una pasante de final de carrera, tampoco tenía demasiado dinero para andar de restaurante en restaurante y me lo iba a tener que currar bastante, que mejor tener una nueva amiga "chef".

Patricia: Así qué Mónica vienes a trabajar? qué bueno saberlo! ya que no hay muchas personas jóvenes por aquí, pero las que hay le damos bastante vidilla a Castelo de Vide. 

Mónica: ¿Cuéntame un poco no? en general, cómo es todo? 

Patricia: nací aquí y cuando empezó a crecer el negocio de turismo rural, decidí estudiar para chef y de ésta forma insertarme en eventos con la idea de crear mi propio restaurante en algún momento. En lo personal lo dejé con mi novia, hace un mes, pero bueno aún nos vemos y tenemos un vínculo de confianza. De hecho me está esperando en la estación de autobuses, porque he comprado varias cosas en Lisboa para el negocio. El lugar es muy tranquilo y te vas a adaptar fácilmente. Vienes sola o tienes pareja? 

Mónica: también lo dejé con mi pareja, hace un tiempo, pero ya no tenemos un vínculo. Quizás algún día vuelva a sentir las mariposas, jjajaja. Por ahora quiero terminar mi carrera. (y cuando dije la palabra mariposas, inmediatamente recordé mi último encuentro sexual con mi ex: se metió por sorpresa en mi cama y comenzó a pasar por mi cuerpo un aceite muy fragante, me embadurnó primero los pies, luego las piernas, las nalgas y fue subiendo por mi espalda al punto de comenzar a excitarme, me masajeaba lento, con detalle, pero no me besaba, sólo me tocaba, hasta que noté que ella iba desnuda y se deslizaba por mi cuerpo por detrás, comenzando a besar mi cuello de forma cada vez más intensa, dibujando con la saliva un montón de círculos. El aceite nos proporcionaba un confort sensual, así como el aroma que despedía impregnaba todo en el ambiente. Sabía que no la debía interrumpir porque ella quería darme placer, cuando lo quería lo dejaba claro, así que me enfoqué en mi necesidad que se estaba haciendo cada vez más urgente entre mis piernas, pero ella seguía con el aceite masajeando mi cuerpo que estaba por colapsar sí no iba directamente a mi punto más sensible. Era evidente que ya teníamos el sexo de despedida, pero eso lo entendí después, porque si bien había pasión en el encuentro, ella no me besaba ni me abrazaba como antes, es decir íbamos directo a producir un orgasmo, que muchas veces ella tampoco tenía ni quería le proporcionara. Ahí estaba haciéndolo con ganas, sin dejarme descansar, hasta que en un momento metió de golpe dos dedos de una mano dentro mío produciendo círculos cada vez más rápidos y presionando con la otra mano alternadamente mis pechos con tanta fuerza que no paraban de endurecerse y yo no dejaba de gemir, entonces....) un toque en el brazo me hizo volver a la realidad.

Patricia: llegamos Mónica! vamos bajando.

A partir de allí iba a comenzar una gran historia, pero eso aún no lo sabía.

Continuará! 


Contando los días I (VANICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora