Casi te rozo

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Vanesa: ( no se si envié más de mil mensajes, tratando de explicar lo sucedido a Mónica pero no me respondía, no me clavaba ni el visto, joder!!! me estaba agobiando, todo lo que tenía de cariñosa, lo tenía también de cabezota. Volví a despedirme en el evento y Ana me dijo qué me volverían a llamar en la semana. Con un amargo sabor de boca me dirigí a tomar el auto bus para Castelo de Vide, mi pueblo especial, el que me acuna siempre cuando me siento hecha un lío. Pero la diferencia es que yo ésta vez, no había hecho nada, fue una  casualidad lo que pasó o esos momentos en donde el diablo mete la cola; el tema es que no saber nada de Moni me inquietaba, no la encontré en la parada del auto bus, seguro se había ido en el anterior , ni bien subí al mío, me senté en la butaca y las lágrimas salieron por mis ojos, saqué mi cuaderno, un boli y comencé a escribir, hasta que llegué al pueblo. Por cierto, bastante rápido hizo el auto bus,  había poco tránsito en la carretera, entonces no demoraba tanto en llegar. Miré el móvil y de Moni nada, de nada, una pena por nosotras podríamos estar pasándola fenomenal ahora mismo, pero noooo todo era un maldito imán de las cosas difíciles....., tampoco quería molestar a Patri para preguntarle porque sabía que me iba a regañar diciendo- Vane, la has cagado!!! . 

Aproveché para caminar hasta mi casa, el aire fresco me golpeaba la cara, y me despejaba; no quise pasar por la habitación que alquilaba Mónica, porque si llamaba a su puerta se iban a enterar todos los vecinos, realmente estaba pasando por todos los estados, desde la desesperación, la tristeza, la sonrisa, el enojo, la incertidumbre, realmente no la conocía demasiado para saber si me volvería a hablar, tampoco tenía idea de cómo recomponer esto, y qué iba a pasar el resto de la semana. Tenía también que atender mis ocupaciones laborales, el tema de la música debería ser mi prioridad ahora, y dejar que decante un poco éste mal entendido. Entré en mi casa, ni rastro de ella, me acosté y mi cama estaba impregnada de su olor, entonces sentí que tenía fuego en el estómago y extrañaba sus besos, su cuerpo, su sexo junto al mío, sus gemidos... y poco a poco me dormí sintiendo  un hormigueo sutil que pasaba por mi cuerpo.

No sé cuánto tiempo había pasado, pero estaba la habitación llena de luz, y de su aroma, aunque no estaba aquí, miré mi móvil y nada ni un sólo mensaje. Busqué el número de la florería y pedí enviaran un ramo de rosas a la oficina, con una tarjeta que dijese lo siguiente "te espero para hablar en las termas a las 16 hs", Vanesa. No sabía si iba a ir, pero lo intentaba, era el momento de la reconquista, y la paz. La verdad qué me ponía sentir su aroma por toda mi cama, y me empecé a sentir húmeda, decidí darme un masaje por mi intimidad, pensando en ella hasta que conseguí el alivio, tenía muchas ganas de besarla, de sólo imaginarlo mis pechos se endurecían, así que decidí bañarme, comer algo y prepararme para llegar a las termas a las 16 hs, quizás vendría...).

En las termas.

Vanesa: ( éste lugar se sentía espectacular y mágico, me puse a nadar en la pileta, ya eran las 16:30 y nada, así que a relajarme y aprovechar la tranquilidad para descansar; en un momento me dejé flotar boca arriba y cerré mis ojos conectando con la naturaleza, qué pasada las sensaciones del agua tibia por mi cuerpo, hasta qué en un momento, siento el roce de algo en mi pierna, y sí, era ella, por fin!!!). 

Mónica: Hola, qué tal va? 

Vanesa: Hola, qué linda estás!!! me das un beso, no?

Mónica: claro!!!

Vanesa: (y se acercó a mí rozando apenas la comisura de mis labios y cargando la totalidad del beso en mi cara!!!! No podía ser tan cruel, con lo que la deseaba!!! entonces la tomé por la cintura y la acerqué a mí. Sin pedir permiso, la besé y la apoyé sobre el borde de la pileta y le hice el amor, muy rápido, tanto qué ella se sorprendió, ataqué suavemente su cuello con mi boca e introduje mi mano derecha en su bañador, estaba esperándome, aunque me dijo: no, no, Vanesa, hablemos, no quiero!!! pero por otro lado, puso sus piernas alrededor de mi cuerpo y se movía sobre mi pelvis, eso ayudaba a que mis dedos se introdujeran más y más en ella, mientras sus manos me sujetaban con fuerza para que no la soltara. Así estuvimos en un vaivén de movimientos sensuales, y dentro de un beso profundo que duró hasta qué alcanzó su orgasmo, y la sentí temblar en mi mano, sin separarse del agarre a mi cuerpo y suspirando.)

Contando los días I (VANICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora