NOVIO A DOMICILIO- Eunwoo y tú

CAPÍTULO 24

El doctor me miró apenado y se retiró de diciendo que harían todo lo que estuviera en sus manos. "Ha entrado en estado de coma, ha entrado en estado de coma, ha entrado en estado de coma" Mi mente no dejaba de pensar en eso. Las lagrimas que nunca pararon se volvieron mas fuertes, salían descontroladamente como si fueran infinitas. Sanha y Yoora se acercaron a mi para abrazarme, pero en ese momento yo caí al suelo y ninguno de los dos logró sostenerme a tiempo. Sanha me recogió y me abrazó con todas sus fuerzas para no dejarme caer, Yoora se unió al abrazo y así lloré en los brazos de mis dos mejores amigos.

-Todo va a estar bien, todo va a estar bien.- Repetía Sanha.

¿En verdad todo estaría bien? Nadie lo sabe, ni siquiera yo. Hasta ahora todo estaba mal. Eunwoo en estado critico y yo destrozada sin una poca de esperanza siquiera. ¿Qué seria de mi si Eunwoo se llega a ir? Estoy segura que me voy junto con él. He comprobado que él es mi vida y no puedo vivir sin él. ¿Por qué esto nos estaba pasando a nosotros? No hacíamos nada malo, solo amarnos.

Las siguientes horas fueron muy duras; no me dejaban pasar a verlo y eso me tenia enojada como un demonio. Los chicos ya se habían ido a sus casas pues era mas de media noche, dijeron que volverían mañana temprano. Yoora se había ido también. Sanha se quedó conmigo en todo momento, nunca lo había visto tan preocupado y frustrado.

-Pequeña tienes que comer.- Sanha llegó con un emparedado y jugo de naranja en sus manos. Negué con la cabeza y seguí mirando a la nada.

Siempre que veía películas y pasaban cosas como estas, me enojaba con los personajes que no querían comer, incluso pensaba que eran unos tontos por no hacerlo y sufrir en vez de estar bien como su familiar que estaba internado hubiera querido. Entonces soy una tonta, ahora que estoy en esta situación lo comprendo totalmente, aunque no haya comido por muchas horas, no tenia apetito. No tenia ganas de nada.

-Eunwoo no le gustaría verte así.- Me miró.- Tienes que ser fuerte.

-No puedo ser fuerte en estos momentos.- Alcancé a decir.- Él es mi fuerza.

-Entonces demuestra que la fuerza de él eres tú.

Eran casi las diez de la mañana. No me había movido de mi asiento, tampoco dormí en toda la noche. Eunwoo había sido llevado ya a una habitación, pero aun así no me dejaban verlo.

Una señora acompañada de un señor entro desesperada, fue directo a la recepción y empezó a preguntar por su hijo. Su hijo era Eunwoo.

-Disculpe.- Me acerqué a ambos.- ¿Es usted la madre de Eunwoo?

La señora me miró y asintió sin entender. Sonreí con tristeza y ella me miró preocupada. La verdad es que era muy parecida a su hijo. Tenia casi el mismo rostro, solo con pequeñas arrugas y cabello largo de diferencia. Incluso entró haciendo un escándalo como lo hubiera hecho él.

-¿Y tu eres?- Preguntó dándome toda su atención.

-Soy Ahn _____, la novia de Eunwoo.

Su madre me miró con tristeza, supongo porque me vio toda devastada. Sin decir nada se acercó a mi y me abrazó.

-Dime que todo esta bien hija, por favor.- Sollozó en mis brazos y me sentí culpable, mi corazón se achicó.

-Él... él a entrado en estado de coma.

La madre de Eunwoo se separó de mi lentamente sin poder creerlo, miró mis ojos llorosos y ella empezó a llorar. El señor que la acompañaba, supongo que el padre de Eunwoo, se acercó y la abrazó.

Después de tranquilzarse, ambos fueron con el medico y le preguntaron todo lo que había pasado. Pidieron la autorización de pasar a verlo y gracias a Dios así fue. Me dijeron que yo podía pasar después.

Ahora me encontraba en la sala de espera que estaba frente a la habitación de Eunwoo. Sanha estaba durmiendo a mi lado. Miraba el piso, preparándome mentalmente en lo que estaba apunto de ver. La puerta se abrió lentamente y de ella salieron sus padres.

-Se fuerte cariño.- Su madre volvió a abrazarme y yo asentí. Me separé de ella y me sonrió queriendo animarme, vi la tristeza de sus ojos y me fue imposible.

Ella estaba sufriendo igual o incluso mas que yo, era su madre en fin. Ella era probablemente la única persona que podía comprender como me siento justo ahora.

Abrí lentamente la puerta sin despegar la mirada del piso, me giré y la cerré, me quedé viéndola como una idiota, era incapaz de girarme y verlo, no podía.

Apreté mis puños armándome de valor y gire en dirección a la camilla. Me llevé las manos a mi boca ahogando un fuerte sollozo. Mis lagrimas empezaron a salir. No podía soportar verlo ahí con el brazo y costillas vendadas y todos esos cables que tenia conectados.