𝐒𝐮𝐫𝐯𝐢𝐯𝐨𝐫𝐬 || De un día a otro el caos llegó a la ciudad de Raccoon City. Personas queriendo morder a la gente, incluso arrancando un pedazo de piel ... El fuego consumía las calles por los autos que chocaron entre ellos y por el pánico de l...
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"Raccoon police"
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Qué no tardo en llegar a la estación de policía de Raccoon, sería una completa mentira. Tuvo demasiadas complicaciones en el camino. Una de esas fue tener un maldito accidente, un coche venía a una velocidad y la lluvia no fue de mucha ayuda que digamos. Por lo tanto se estrelló con su moto y la hizo perder el equilibrio. Tuvo miedo, cuando su cuerpo cayó al piso de una forma ruidosa atrayendo la atención de aquellos que ya no eran humanos por completo, eran zombies. Su blusa se había roto en algunas partes dejando varios rasguños, estaba empapada y su cuerpo temblaba. Uno se le había lanzado cuando estuvo a unos centímetros de ella en el piso. Hubo complicaciones para poder alcanzar su pistola que se había caído pero cuando la tuvo entre su mano le quitó el seguro y disparo justo en la cabeza, giro su rostro para que no le cayera sangre en la cara y con algunas fuerzas se quito el cuerpo de encima antes que más llegarán a ella.
No tuvo más opción que irse caminando con cautela hasta la comisaría, evitando dispararles para no tener que gastar balas, solo por el momento. Enserió esperaba encontrar algún sobreviviente en la estación, por que no sabría como salir de ahí por si sola. Eres lista, demasiado inteligente pero en una crisis justo así, le era imposible pensar con demasiada claridad.
— Atención a todos los ciudadanos: Debido a la extensión de la epidemia, les aconsejamos que vayan a buscar refugio en la comisaría de Raccoon City. Se les facilitará comida y medicinas a todo el que las necesite.
Escuchó por alguna una radio de un auto en mal estado.
Para su suerte encontró un auto... Se podría decir que en algunas buenas condiciones. Por el momento tenía buena suerte, las llaves estaban pegadas en la puerta.
— Supongo que el dueño intentó irse — murmuró en voz baja.
Retiró las llaves, abrió la puerta y entró sentándose en el asiento de piloto. Recargo su frente soltando un suspiró tembloroso.
— Vaya mierda — colocó las llaves y encendió el coche y el motor se escuchó llamando la atención de varios que ahora iban en su dirección.
Pero no rápidos como para alcanzarla, arrancó con su misión de dirigirse a la comisaría.
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