chapter seven

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Se encontraban de nuevo en la antigua celda en donde murió aquel hombre, Leon había conseguido abrir la celda y ahora ambos con sus armas cerca de sus rostros y atentos entraron agachandose enfrente del cuerpo de manera cautelosa

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Se encontraban de nuevo en la antigua celda en donde murió aquel hombre, Leon había conseguido abrir la celda y ahora ambos con sus armas cerca de sus rostros y atentos entraron agachandose enfrente del cuerpo de manera cautelosa.

—¿Qué? —preguntó confusa viendo algo dentro de la chaqueta.

Lo tomó entre sus dedos y apretó el botón y se acomodó para que Leon pudiera escuchar también.

Sí, pero bueno eso no explica en absoluto los rumores del orfanato. Me parece demasiada coincidencia que Umbrella sea uno de sus mecenas.

La voz de única chica respondió—. Dijiste que está entrevista sería sobre las nuevas becas de Umbrella.

—Venga ya, Annette. Eso no le importa a nadie. Quieren saber lo del virus G... —dijo lo obvio pero fue interrumpido.

¿Dónde haz oído ese nombre?

—Y ese pedazo de agujero en la ciudad, del que, por cierto... Dicen que lleva hasta su laboratorio. Así que vas a contarme lo que pasa...

—Se acabó la entrevista.

—Agh, zorra.

Ambos se miraron y lo apagó dándose lo a Leon quien ya había tomado la tarjeta.

—Mmm. ¿Qué están buscando? —cuestionó el rubio saliendo de la celda junto la castaña.

—Sea lo que sea, no me suena bien —Grace murmuró mirándolo de reojo.

Ambos con las armas en alto de pusieron más atentos ante la alarma sonar.

—Esto no va bien —el rubio comento.

Trotaron y se escondieron al notar el pasillo lleno de zombies que salieron al abrirse las celdas. Con cuidado giraron a su izquierda y salir por otro lado pero en ese pasillo se encontraron con el gigante.

—Venga ya —exclamó el rubio.

—Justo ahora. ¿En serio? —dijo incrédula.

Grace tomó una de las granadas de Leon tenía y contando hasta cinco la lanzó a los pies de él. Lo cual lo hizo tropezar solo un poco lo suficiente para que ellos lo rodearan y siguieran su camino. Kennedy se encargó de disparar con su escopeta a uno que tenía uniforme de policía justo en la cara. Grace tomó una caja que tenía en un bolsillo y la puso en la boca de uno. La castaña disparó justo en la cabeza al que estaba en el pido arrastrándose antes de que mordiera el pie de Leon. Ambos esquivaron un golpe del grandulón, abriendo un puerta y luego otra a su mano izquierda y salieron para entrar al estacionamiento, uno al lado del otro.

Desprevenidos, Mr. X, atravesó la pared rompiendola y tomó por el cuello a ambos chicos.

Tanto Grace como Leon patalearon y pusieron sus manos sobre la de él como si realmente pudieran quitársela de encima. Podían sentir la falta de oxígeno en su sistema. El sonido de un auto siendo encendido justo detrás de ellos los hizo mirar lo más que podían.

Raccon City || 𝑳𝒆𝒐𝒏 𝑺. 𝑲𝒆𝒏𝒏𝒆𝒅𝒚Where stories live. Discover now