CAPITULO 29

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—¿Estás haciendo un nido?

Soo Bin escucha las palabras del hombre frente a él, pero no logra registrarlas correctamente. El término no común en su diccionario lo hace sentir confundido. ¿Un nido?, era absurdo.

Excepto que no lo era tanto.

Rodeado de las sábanas, camisas, sacos e incluso ropa íntima del alfa frente a él... todo apuntaba a un nido, hecho por nada más ni nada menos que él.

Cuando Yeon Jun da un paso más y se acerca, Soo Bin se tensa, escuchando un gruñido en advertencia viniendo desde su propio pecho. El alfa se detiene inmediatamente, y el castaño abre los ojos en sorpresa.

—Lo siento, yo... —Soo Bin intenta encontrar las palabras correctas, algo realmente difícil considerando que le acaba de gruñir al hombre frente a él. Sintiendo a su omega en flor de piel se esfuerza en dar respuesta a su comportamiento.

Se sentía nervioso y protector, era su nido. Lo había construido con sus manos y aunque no requiriera un esfuerzo grande, era especial para él. Sintiéndose en medio de la razón y su lobo, tiene la sensación de un ataque de pánico apunto de inundarlo. Todo eso era demasiado y nuevo para el de ojos grises, estaba asustado.

De repente, el olor atrayente del alfa lo envuelve por completo, mucho más fuerte que antes. Alza la cabeza y se encuentra con las obsidianas del alfa, más brillantes que nunca en la oscuridad del cuarto.

Yeon Jun suelta una gama de sonidos lentos y bajos. A pesar de la extrañeza en la cabeza de Soo Bin se escuchaba realmente atrayente; no eran ronroneos, este sonido era único en alfas, demasiado sensuales a odios de omegas. Era una respuesta, una petición a dejar que entrara a su nido.

Soo Bin respira lentamente y observa todo movimiento del gama, considerando si el alfa era merecedor de estar en su nido.

Era un acción muy íntima, la situación era una escena de apareamiento.

Cuando Yeon Jun extiende su mano, con su cercanía latente, el omega de Soo Bin lo reconoce, era su alfa.

El alfa no ve reticencia a su acercamiento, por lo que ve aceptación a su toque. Toca con delicadeza la mejilla del omega, ahuecando su rostro de manera lenta.

El castaño toma su mano y se recarga ante el toque, oliendo la piel de la palma y ronroneando ante la sensación placentera recorriéndolo.

Manteniendo su mirada en el alfa translada sus movimientos a su boca. Yeon Jun respira profundo cuando Soo Bin empieza a besar sus dedos, uno a uno, tomándose el tiempo necesario.

Cuando huele en el aire el dulce en el omega, cercano a sus muslos, sabe que ninguna medicina podría hacer efecto contra su poco control.

—Soo Bin —murmura bajo, una advertencia silenciosa.

El omega alza la cabeza, temblando cuando siente su entrada empezando a humedecerse. Hay una esencia aparte del olor natural de Yeon Jun, más picoso y fuerte.

Casi quiere reír a la realización de que sus celos se habían sincronizado.

Era algo normal, en parejas enlazadas. Pero sólo pasaba cuando las circunstancias de la unión fueran beneficiadoras, y con una atracción profunda de parte de ambos lados.

Había interés, de eso estaba seguro.

Soo Bin se inclina lentamente hacia atrás, pegando su espalda a las sábanas debajo de él. El alfa estaba controlándose, lo veía claramente en cada centímetro de su persona.

Soo Bin se asegura de que la mirada de Yeon Jun este sobre él y nada más que él mientras desliza lentamente sus pantalones fuera de él, su piel temblando a su propio toque, ropa interior yéndose también. Desde que llegó a Turquía su ropa era muy delgada, por lo que no hubo mucha complicación para que no tuviera nada que cubrir su parte inferior.

MAFIA ROJA ~ YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora