CAPITULO 23

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La oportunidad de ser visto incluso de la mínima forma que una circunstancia podría traer es un sentimiento de alacridad para muchos.

De una u otra forma todos ponen determinación en mantenerse en el centro de atención con el fin de regocijarse y alimentarse del interés de otras personas sobre ellos.

Soo Bin se consideraba la excepción.

Odiaba la atención dada, los guiños hacia él y las sonrisas falsas. Los flashes en sus ojos claramente solo empeoraron la incomodes creciente en su pecho.

Después de la presentación llegaron el doble de personas a la fiesta, trayendo con ellos la presencia de la prensa.

El omega no podía creer la desvergüenza de los líderes criminales al mostrarse al mundo; muchos de ellos tenían una doble imagen como Yeon Jun, que tomaba el papel de un magnate de la empresa más grande de prestamos en Turquía y parte de Europa. Otros al parecer eran demasiado intocables o con demasiada estrechez en su relación con sus propios gobiernos.

Soo Bin se dio cuenta que compartía la misma irrites con el gama después de percatarse de su enojo en subida después del duelo de miradas con la familia contraria en la fiesta. Las cámaras sólo empeoraron el humor del alfa.

Y aunque no fuera palpable en su siempre neutra expresión sabía cómo mostrarse y comportarse naturalmente en sociedad.

Algo que el omega envidia al no tener un mínimo conocimiento del comportamiento social.

Cuando su padre le permitía salir para involucrarse con el mundo de su negocio y las reuniones empresariales siempre encontraba la forma de escurrirse y pegarse a las paredes y las esquinas sin ser visto, en ese entonces tenía el privilegio de no ser importante o relevante para que le pusieran una mínima mirada.

El omega de la familia Claire, la desgracia de su padre y el hijo que jamás llenaría las expectativas, eran palabras en susurros que llegaban a Soo Bin en cada una de esas fiestas.

Ahora era muy diferente, las personas parecían esmeradas en acercarse o entablar alguna conversación que Yeon Jun siempre guiaba al final. Y aunque los reporteros eran pocos y eran limitados a mantenerse lejos por la seguridad, Soo Bin siempre sentía la luz sobre él una y otra vez.

—Certes, beau votre mate Yeon Jun —ríe el hombre viejo frente a ellos, llevaban hablando tres minutos con él y el omega apenas soportaba el olor rancio de su boca.—Aje vois que vous n'avez pas de discrimination avec une classe inférieure que nous. Faites-moi savoir si la possibilité du harem est dans votre esprit, ma fille est un oméga de classe parfaite pour vous plaire.

Omegas, harem, concubinas y segundos matrimonios.   

Soo Bin se dio cuenta de las palabras comunes que siempre lanzaban en algún momento de la conversación cuando se acercaban a Yeon Jun.

Como si el estuviera pintado a su lado, no dudaban en lanzar a los omegas o betas más jóvenes en sus familias a candidatos para segundos o terceros consortes.

Yeon Jun se limitaba a sonreír secamente y dirigir la conversación a otro lado mientras daba un vistazo ligero sobre él, como siempre, se portaba experto en mantenerse sereno e impasible.

Pero Soo Bin no, sentía la estabilidad que había mantenido en toda la noche desvanecerse con cada conversación.

Era terriblemente cansado, el ver que tan normalizado tenían los matrimonios numerosos le hizo querer vomitar.

Enpujaba la molestia en su estómago y el sentimiento anfractuoso en su omega hasta el fondo de sí mismo. Él no planeaba quedarse ahí mucho tiempo después de todo, lo que hiciera Yeon Jun no sería más de su preocupación.

MAFIA ROJA ~ YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora