Miro a mi alrededor con la esperanza de encontrar algo que me dé ideas para la canción que escribo, sin importar cuantas veces esté aquí no me canso de admirar este lugar; el Café y Cartas es, sin duda, mi cafetería favorita, su olor y ambiente son únicos; eso sin mencionar la deliciosa comida. Además siempre logra tranquilizarme cuando lo necesito. Por desgracia no hay nada que me inspire lo suficiente esta vez.
Nada más me queda la última estrofa. Veo la hoja sobre la mesa, un poco arrugada por todas las veces que he borrado, pero no puedo escribir nada. Es como si algún tipo de espíritu me estuviera robando las ideas.
-Vamos -me digo a mi misma mientras golpeo pausadamente la mesa con el dedo-. Piensa. Solo terminala.
Llevo al menos un mes escribiendo la misma canción, la banda necesita tener la letra para que podamos practicar. Si no la termino a tiempo no podremos prepararnos para la presentación. ¿Porque no puedo escribir justo cuando más lo necesito?
Mi teléfono suena y veo un alarmante mensaje de mi mamá:
Me levanto de la silla tan bruscamente que llamo la atención de las demás personas en la cafetería. Sin preocuparme de las miradas agarro mi mochila y patineta, y salgo tan rápido como puedo.
¿Será que tuvo un accidente? ¿O se habrá incendiado la casa? No dejo de pensar en todo lo que puede significar ese "URGENTE". Por suerte mi casa no está lejos, así que logro llegar en unos pocos minutos.
Toco la puerta más fuerte de lo necesario, como si eso fuera a hacer que se abriera más rápido. Claro que sería más fácil si mi mamá confiara lo suficiente en mí como para darme una llave, pero según ella "soy demasiado descuidada y la perdería".
Vuelvo a tocar y casi de inmediato se abre la puerta, detrás de está se encuntra mi mamá; se ve sana y salva, pero agitada. Noto que lleva una plancha y una secadora en los brazos.
-¡Den! -dice mientras sale de la casa.
-¿Cuál es la emergencia? -pregunto preocupada.
-Si si, es terrible, ven conmigo.
Cierra con llave la puerta y la sigo hacia la peluquería (su negocio), que está al lado de nuestra casa. Entramos al local y espero a que me diga el porqué de ese mensaje tan alarmante.
-!Gracias a Dios llegaste tan pronto¡ No tienes ni idea del problema en el que estamos.
Deja en una de las sillas las cosas que tiene en las manos.
-¡Hoy tenemos tres citas a la misma hora!
¿Habré escuchado mal? Intentando asimilar que mi mamá haya usado la palabra "urgente" en mayúsculas y con signos de exclamación para algo como esto. Me quedo callada.
-No puedo atenderlas yo sola -dice al tiempo que se mueve de un lado a otro ordenando el salón- digo, podría atender a dos al mismo tiempo, pero tres es una locura.
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Café y Cartas
Teen Fiction¿Un triangulo amoroso o solo una cadena de sentimientos no correspondidos? Una historia llena de drama y desde las tres perspectivas del triangulo, con sentimientos confusos que cada vez serán más complicados de llevar.