Dennise
—¿Puedes creerlo? —grita Qiwen, tirando los papeles del proyecto en mi pupitre—. Intenté de todo para convencerlo, pero no, está convencido de que solo no quiero "cumplir con mis responsabilidades estudiantiles".
La clase de Matemáticas está por empezar y Qiwen acaba de llegar de la oficina del director. Camina de un lado a otro agitando las manos y hablando tan alto que todo el aula puede escuchar nuestra conversación.
—Dijo: "Cada profesor sabe cómo dirigir su clase y no puedo meterme en eso".
Vuelve a agarrar los papeles del proyecto y me los acerca tanto a la cara que tengo que alejarme.
—¡Solo mira esto, son 10 páginas para menos de una semana! ¿Cómo se le metió en la cabeza que esto es posible? Ojalá él intentara hacerlo y se diera cuenta de lo ridículos que son sus proyectos.
Por fin se sienta y se cruza de brazos.
—Ni siquiera vamos a poder salir a comer hoy—dice para terminar de quejarse, pero justo se acuerda de nuestros mensajes en la clase pasada, donde le digo quien me recogerá hoy—. Espera, ¿qué hay de lo de tu papá?
Suspiro y dejo caer mi cabeza en el respaldo de la silla.
—Pues justo lo que leíste: vendrá por mi hoy.
—Pero, él no...—intenta buscar palabras adecuadas pero no sabe cómo preguntar sin que suene brusco.
—Si, quiere que conozca a su otra familia. Desde que se casó(otra vez) está intentado que los vea.
Conozco a Qiwen desde la escuela, nos hicimos muy unidas y a menudo venía a mi casa. En esos tiempos mi padre todavía vivía con nosotras, pero como toda mi vida, él tenía demasiado trabajo como para estar en casa.
Se que mi mamá y él nunca fueron muy cariñosos, pero todavía me cuesta creer que la haya traicionado así. Yo tenía 15 años cuando descubrí a mi padre escribiéndose con una compañera de trabajo y a menudo tenían "reuniones profesionales". Su mentira no duró mucho: mi mamá los descubrió un mes después y ese mismo día lo hizo recoger sus cosas e irse. Por mucho tiempo ella quiso ocultar la razón de que se tuviera que mudar, pero en el fondo yo ya lo sabía.
Qiwen fue un gran apoyo para mí en ese entonces, a pesar de que yo no hablo de eso casi nunca, ella me conoce lo suficiente para entender cómo me hace sentir las cosas que tiene que ver con mi padre.
—¿Tu mamá está de acuerdo?
Desearía que no.
—Si, fue ella quien me lo pidió. Quiere que repare la relación con mi padre, aunque ni siquiera se que espera "reparar", para empezar apenas lo conozco.
Cualquiera se daría cuenta de lo incómoda que se ve Qiwen, es buena amiga pero nunca ha sido buena consoladora. Los temas delicados no son su punto fuerte.
—Pero bueno —digo para tranquilizarla—, lo peor que puede pasar es que sea incómodo, ¿verdad?
Quiero creer en esas palabras pero ni siquiera sé si podré verlo a la cara sin querer huir.
El timbre suena y la clase empieza, ochenta minutos de Matemáticas son la clave para hacer a Qiwen llegar tan profundo en su sueño que habla dormida. Por fin llega el almuerzo, mi momento favorito del colegio(sin contar la salida).
Sacudo a Qiwen para despertarla, pero solo cambia de posición y se pone más cómoda.
—¡Hey! —la llamo
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Café y Cartas
Teen Fiction¿Un triangulo amoroso o solo una cadena de sentimientos no correspondidos? Una historia llena de drama y desde las tres perspectivas del triangulo, con sentimientos confusos que cada vez serán más complicados de llevar.