Capítulo XIII

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Con la mirada en el pergamino sobre la mesa, Tobirama respiró profundamente, recargándose sobre la pared, eran más malas noticias. Ni bien estaba intentando salir del problema de la extraña viviendo con su clan, ahora un pergamino llegaba a su oficina, con los nombres de todas las bajas de los últimos meses, incluyendo el nombre de Senju Dai.

El juego ahora había cambiado completamente, era cuestión de una semana para que el escuadrón que encontró todos esos cadáveres regrese, eso quería decir que la vida de Kae estaba en riesgo.

―Mierda...

Si bien Tobirama sentía un ligero rencor por aquella chica después de lo sucedido con su hermana, no quitaba que en ese entonces, ella se resistía ante el clan Uchiha o eso era lo que él quería pensar. Necesitaba darle tiempo, dejarla ir y esperar a que cuando la gente se diera cuenta, simplemente no dejar rastro de ella, darle su libertad y dejar que el nombre de Senju Dai se vaya en paz, sin darle la terrible noticia a su familia sobre lo que pasó con ella, sería doloroso, él más que nadie lo sabía.

―¿Tobirama? 

La voz de su hermano a través de la puerta lo sobresaltó, rápidamente tiró el pergamino bajo la mesa y se recargó sobre esta. La puerta deslizable empezó a abrirse, la cabeza de Hashirama se asomó por esta, con una mirada curiosa.

―¿Qué haces aquí?

―Es mi habitación, ¿Qué haces tu aquí? 

―Me ganaste. ―Dijo Hashirama alzando las manos en defensa, sentándose frente suyo sobre el tatami.

―¿Y bien? ―Lentamente con su pie, arrastró el pergamino cerca suyo.

―Tengo noticas sobre Yagura...

El menor de los dos finalmente centro toda su atención en su hermano, dejando de lado el pergamino levemente expuesto debajo de ellos.

―¿Qué ocurre?

―¿Recuerdas que el tema de su casamiento quedó atrás hace mucho? ―Tobirama asintió.― Una nueva propuesta llegó hace poco...

―¿Clan?

―Es por eso que he estado pensando mucho y...

―Cállate, ¿clan?

Hashirama lo miraba dudoso, de alguna manera se veía estresado, no quería profundizar más, pero al final del día debía enterarse.

―Uchiha.

Una sensación de frio pasó por el cuello del menor, por inercia tomo este, acariciándolo. Otra terrible noticia en un mismo día.

―No. ―Dijo, negando repetidamente con la cabeza. ―No, no, no y no. 

―Tobirama, es lo único que nos queda, sino Yagura...

―Ella más que una boda, simplemente no.

―En realidad no te estaba preguntando. ―Esta era una de las pocas veces que Hashirama se veía serio.― Lo he hablado con Yagura, ella está de acuerdo con esto y si ella no tiene ningún problema, considero que tu menos.

―¡¿Vas a venderla a los Uchiha?!

―Seremos una alianza poderosa y ella se ve feliz con la unión, nadie aquí es un objeto.

―Pues así parece.

El castaño suspiró pesadamente, conocía el desenlace de esa conversación. Hashirama se levantó del tatami, despidiéndose de su hermano con una media sonrisa, salió de la habitación sin decir una sola palabra mas.

Las cosas estaban decayendo, el escuadrón que se acercaba, Senju Dai, Yagura y finalmente...

―Kae...

Una idea golpeo su rostro como si de una bofetada se tratase, rápidamente tomó un pergamino nuevo, escribiendo en este con la mejor letra que pudo al momento, se sentía nervioso y traicionero. Un nuevo mensaje para el escuadrón que venía de regreso a casa; Regresen, era lo que intentaba decir, intentando justificar sus ordenes con mayor seguridad para el clan y diferentes tareas innecesarias de investigación de campo y recolección de rastros. Intentando ganar tiempo.

...

―Yasu-san, ¿este pergamino puede salir hoy? Es urgente.

―Claro que si, Tobirama-san ¿Hacía donde seria? 

―El valle, zona noroeste, en serio es urgente.

Necesitaba cuando antes hacer regresar al escuadrón, el viaje duraba menos de una semana, la vida de la chica estaba en riesgo, el tiempo contado y sólo él podía hacer algo.

―¿No es el escuadrón que viene de regreso?

―Así es, necesito que extiendan su misión.

―Tobirama-san, en ese escuadrón está mi hijo, tiene medio año que no lo veo ¿No cree que ya es momento de regresar? ―La mirada del hombre de avanzada edad gritaba por esperanza de ver a su hijo nuevamente. Eso estrujó el corazón de Tobirama.

―Lo siento tanto, Yasu-san, pero hay anormalidades en el lugar, necesitamos más información.

La mirada de esperanza había desaparecido junto con Tobirama, quien caminaba en dirección al salón donde el evento sucedería, esperando encontrarse con Kae, para poder hablar finalmente de frente con ella.

―Disculpe. ―Llamó el de mirada carmesí a una de las tantas mujeres que se encontraban en el lugar. ―¿Sabe donde está Dai?

―Me parece que la vi hablando con Yagura-san.

El peliplata frunció el ceño, una sensación de peligro cruzó por su cabeza, desde la llegada de la chica, pasaba muy seguido, la última interacción que su hermana tuvo con aquella chica de alguna manera fue cuando un sello explosivo reventó cerca de ella, dañando su vida. Rápidamente, camino dentro de la estancia, buscando con la mirada a Yagura, quien rápidamente vio, del otro lado de la habitación, sus manos eran tomadas por Kae mientras su hermana se miraba triste. ¿Acaso ella le está confesando quien es? Pensó Tobirama.

A pasos pesados, el Senju llegó hasta ella con una excusa inventada, no quería verlas juntas, no lo soportaba, su hermana había entrado en una crisis después de lo sucedido y su vida había cambiado, ahora no podía evitar culpar a Kae por el hecho de la nueva boda que se acercaba, su hermana no podía estar con un Uchiha y tan sólo esperaba, que no fuese con el peor de todos.

Él hablaba, las palabras sólo salían y la chica lo miraba atentamente, no sabía lo que decía. Quería dejarla ir, ella estaba en grave peligro en aquel lugar, muy a pesar de lo que hizo, no se sentiría bien con su muerte sabiendo que pudo evitarla, ya había mandado lejos al escuadrón que llegaría a desenmascararla, ahora la amenazaba para quedarse, no estaba siendo congruente, si quería salvar si vida, la mejor opción era dejarla ir.

Pero yo no quiero que se vaya...

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(Sin votos no actualizo uwu)

—Nova.





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