GOOOOL

1.6K 46 14
                                    

La mitad del segundo tiempo ya se acercaba y aún ningún equipo anotaba, Ochoa, portero mexicano estaba totalmente empapado de sudor en la frente, su respiración era bastante agitada y sentía bastantes nervios, esperaba que al fin llegara algún movimiento del equipo contrario para que pudiera darle ventaja a su equipo, ser omega no le impediría lograr sus metas.

La tensión en aquel estadio y cancha se sentía y estaba a un nivel bastante increíble, cerca ya estaba de que finalizará el partido y al parecer quedarían empate

-Ojalá metan a Funes Muerto a jugar- Pensaba y susurraba el portero esperando que algún tipo de milagro sucediera, cuando a lo lejos pudo observar que alguien se acercaba con el balón, tomaba posición para que logrará anotar, por más que quisiera no le podía quitar los ojos de encima a las piernas de aquel jugador de playera albiceleste.

Su corazón palpitaba más cada vez que miraba el rostro de aquel chico, parecía un ángel, tenía un olor de Alfa bastante increíble y eso le encantaba.

De pronto, cuando logró dejar de mirarle se dio cuenta de que la cercanía ya era bastante, a lo que el jugador ya había lanzado el balón directamente a la portería, cuando logró percatarse inmediatamente se lanzó para poder atraparlo, pero fallo en aquel intento.

-GOOOOOOOL DE ARGENTINA- Se escuchaba que los fanáticos del equipo Sudamericano gritaban y festejaban en el estadio de una manera tan increíble, el portero colocaba ambas manos en el rostro, decepcionado estaba por su tan mal actuación en un partido bastante importante, se sentía bastante mal.

Cuando de repente sintió una mano colocándose a su hombro y ese aroma tan relajante se hacía cada vez más fuerte

-tranquilo, lo intentaste y diste lo mejor de ti- Era Lionel, jugador del equipo contrario, quien había interrumpido su celebración para dirigirse a él, con suavidad este abrazo al portero para lograr consolarlo

Era bastante increíble, no por nada Leo era uno de los mejores jugadores del mundo y al fin podía notar el por que lo era. Lionel con su manita, limpiaba la lagrimita que rodaba en la mejilla de Memo

Aquel gol no sólo lo había anotado en aquella portería y cancha, si no que también en su corazón.

Memo, el resto del partido no pudo quitarle la mirada de encima a Leo.

Aún no lo sabía, pero quizás estaba enamorado de Lionel Messi.

Amor a Primer Gol  //  Messi x Ochoa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora