—Vale mi ricitos, lo hago porque no quiero que te pase algo con tanta goma de mascar.— dijo Lionel, en verdad estaba preocupado por la manera en la que Memo se mantenía comiendo chicle, pues, lo masticaba bastante rápido, con una gran desesperación, pero lo que más le preocupaba era que comía bastantes, sabía que el guardameta comía chicles, pero no tantos.
—No me pasara nada pulgui, llevo haciéndolo desde hace un buen tiempo, pero intentaré ya no comer tantos chicles ¿Vale?— dijo el guardameta, en verdad haría un esfuerzo, o mejor dicho, un gran esfuerzo para que ya no comiera bastante chicle, ya que en un día comía aproximadamente un paquete completo, el cual contenía 18 chicles.
—Vale ricitos.— dijo el delantero, esperaba que así fuera, ya que no quería que le pasara algo a su Guille, su ricitos.
—¿Qué se supone que hagamos ahora pulgui?— preguntó Memo, iba a cumplir la promesa que minutos antes había hecho, estaba dispuesto a hablar en todo el camino con el argentino.
—Ya que yo te conté de mi vida, ahora ¿Qué te parece que vos me contés sobre la tuya?— dijo y preguntó Leo, le parecía una gran idea el que conociera a Memo más a fondo, o bueno, solamente si el aceptaba hacerlo.
—Ehm bueno, pues desde que era muy pequeño siempre tuve el anhelo de lograr jugar en una copa del mundo.— dijo Memo, mientras recordaba esos días, a mediados de los meses de Junio y Julio, cuando las copas del mundo se realizaban, siempre se sentaba a ver los partidos en el televisor, mientras pensaba que algún día no volvería a verlos allí sentado, si no, que lo viviría y justo como lo había planeado, así había sido.
—Y lo lograste ricitos.— dijo Lionel demostrándole una linda sonrisa.
—Si, pulgui.— dijo Memo, al igual que Lionel, le demostraba una pequeña sonrisa.
—¿Qué fue lo que te inspiró para que lo hicieras?— preguntó el argentino.
—Ehm, pues fue porque siempre quise jugar fútbol, desde que era pequeño amaba jugar como delantero, incluso había logrado ingresar a un club que amaba desde muy chico.— dijo Memo, recordando aquellos partidos que realizaban el y sus amigos en la escuela o en el barrio, los amaba y recordaba con cariño.
—¿Y qué fue lo que hizo que te convirtiera en guardameta?— preguntó Lionel, si Memo había sido delantero, ¿Porque es que ahora estaba en una posición distinta?
—Bueno, un día en un partido, el guardameta se había lastimado, así que preguntaron quien quería ser, y pues yo decidí meterme.— dijo Memo, recordando aquel día en el que había decidido ser guardameta, había sido una de las mejores opciones que pudo haber tomado.
—Pero aún pudiste haber jugado de delantero ¿No, ricitos?— preguntó Lionel.
—Si, pero cuando la tri me llamo para jugar, había llegado, me estaba colocando como delantero, pues ahí siempre había jugado, pero de repente me dijeron que había sido convocado para ser guardameta.— dijo Memo, aún recordando aquel día en el que se había presentado para ser delantero, o al menos, en esa posición pensaba que jugaría por toda su carrera.
—Ah vale, aún así sos tremendo guardameta he.— dijo Lionel con bastante felicidad, estaba completamente seguro que no se equivocaba en sus palabras.
—No lo soy pulgui, me falta mucho para llegar a ser como tu amigo.— respondió Guillermo, siempre se habían encargado de decirle lo contrario, así que cuando alguien le decía que era buen arquero nunca les creía.
—¿Emiliano?— preguntó Lionel, estaba seguro que a él se refería.
—Si.— dijo Memo.
—Che, pero si vos atajas perfecto, además, ese boludo también se equivocá y no ataja siempre.— dijo Leo, a su parecer, Memo era muy buen arquero.
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Amor a Primer Gol // Messi x Ochoa
ActionGuillermo Ochoa, guardameta de la selección mexicana quedaría sin palabra alguna al observar ante aquel tiro y gol tan más perfecto de Lionel Messi y aquel gol, no sólo había conseguido entrar en la portería y cancha, si no que también en su corazón.