Desespero

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—maldito hijo de perra, pinche puto, prefiere pegarle a Memo antes de conquistar y recuperar a Leo, aunque, que ingenuo sería ese pendejo, si Messi ya no tarda en estar junto con Guillermo— dijo murmurando Andrés, siendo bastante cuidadoso en que tanto Hirving como Memo no escucharan ni se enteraran que era lo que acababa de murmurar, verdaderamente no mentía, ya había estado mirando como era que Leo estaba intentado que Memo se diera cuenta de que gustaba de él y al parecer lo estaba haciendo bastante bien, también sabía que quería algo con él, le había pedido el número de Memo a el mismo, lo había citado e inclusive le había dicho que deberían de juntarse más y comenzar a conocerse más a fondo.

Andrés, nuevamente había vuelto y comenzado a consolar al guardameta, ambos tanto Hirving como el ya no intentarian sacarle más información, o al menos por el resto de ese día y del próximo día, se notaba y sabían que ya estaba demasiado sentido y lastimado al haberle recordado su pasado, más aparte de ello, encima le habían preguntado quien era el que le había hecho los golpes, hasta el momento no sabían porque era que el portugués lo había hecho, aunque necesitaban saberlo, pero por lo tanto estaba asegurado de que ese día ya no le preguntarían, Andrés tenía unas ligeras sospechas de que había sido por Lionel, sabía a la perfección que Cristiano no le quitaba la mirada de encima al argentino, también sabía que Cristiano gustaba de Messi, más aparte Memo se había puesto algo, o mejor dicho se había puesto muy mal al haber tenido que recordar el que tenía que separarse y no tener ningún tipo de contacto con Lionel gracias a Cristiano, eso era lo que más le dolía, se había enamorado perdidamente de el, Leo había flechado su corazón por completo, algo que solo Messi había logrado hacer, desde hacía ya casi ocho años no tenía ningún tipo de sentimientos amorosos hacia nadie y la última vez que los había tenido había salido herido, por ello es que no había logrado enamorarse de nadie más hasta que había llegado ese argentino de linda sonrisa y mirada.

—ya Memo, mejor te comienzo a desinfectar y a limpiar las heridas, vale?— pregunto y dijo Hirving, pensando que sería mucho mejor el limpiarle todo lo que llevaba a que continuará llorando, le dolía verlo así, se miraba que no la estaba pasando nada bien, en lo absoluto.
—vale, dónde sería, acá dentro de el baño o en la habitación?— respondió a la pregunta y preguntó Memo mientras se limpiaba las lágrimas, tenía una voz algo entrecortada y claramente se escuchaba que tenía un nudo en la garganta el cual no permitía que hablará ni mencionara tantas palabras, alguna que otra palabra no la completaba ni se le entendía a la perfección.
—como tu quieras, elige tú, yo solo te voy a limpiar— le respondió Hirving, en lo absoluto tenía problema alguno en el lugar que Memo eligiera, solamente quería ayudarlo y no tendría ningún tipo de problema en el lugar que el escogiera.
—pues en el suelo de la habitación, te parece bien allí mismo, o quieres que sea otro lugar?— le dijo Memo, pensando que ahí sería un mejor lugar para que fuera limpiado y desinfectado sin que hubiera problema alguno, no era el mejor pero sabía que al menos era mejor que el que lo hiciera dentro del baño, pero también quería que su amigo estuviera de acuerdo en el que ahí fuera y no solo porque Guillermo lo hubiera elegido y tenía que aguantarse a lo que él mismo decidiera.
—en lo absoluto, allí sería buen lugar como para que te sientes y ya allá te limpio y desinfecto— le dijo Hirving teniendo los mismos pensimientos que el, o sea que sería mejor que en el suelo lo desinfectara, desde un principio sabía que era mejor en la habitación, pero prefería que el mismo Memo escogiera y no el.
—vale— le dijo Memo mientras iba saliendo del baño y ya se iba aproximando cada vez más al suelo, exactamente donde el prefería que Hirving lo fuera a limpiar.

Memo, ya se había sentado en el suelo, solamente esperaba a que Hirving llegase y se sentase, pues aún estaba con Andrés y se estaban murmurando unas cuantas palabras, hablaban bastante bajito para que Memo no se enterara y justo como lo planeaban, Guillermo no escuchaba ni una palabra de lo que estaban diciendo, así que no había problema alguno.

Amor a Primer Gol  //  Messi x Ochoa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora