Recuerdos

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En toda la noche Memo no había logrado dormir ni siquiera un minuto, por más sueño que tuviera no había logrado dormir, solamente podía pensar en que era lo que iba a pasar con el y Leo después de que ya no se vieran, sabía que con lo que le diría a Lionel no volverían a tener palabra alguna.

Ya estaba amaneciendo, eran aproximadamente las siete de la mañana, el omega estaba bastante desesperado así que al observar que cada vez iba siendo de mañana más pronto, se dirigió al baño para que tomará una ducha que seguramente lo pondria más tranquilo y quizás relajaria y calmaria un poco sus pensamientos, aunque desafortunadamente no había sido tal y como el lo imaginaba, al contrario, el que sintiera el agua cayendo en su piel le recordada a aquel día en el que Lionel había ido a las regaderas de los vestidores a curarlo porque se había golpeado fuertemente la frente y había sido igual por estar pensando en el. Memo ya no podía hacer nada más que pensar y al mismo tiempo sentir como las lágrimas rodaban desde sus ojos hasta la mandíbula, las limpiaba con el dorso de su mano pero al parecer era inútil, porque cada vez salían más y más.

En toda la noche Memo no había logrado dormir ni siquiera un poco, lo único que podía hacer era pensar en que era lo que iba a pasar con el y Leo después de que ya no se vieran.

Ya estaba amaneciendo, eran aproximadamente las siete de la mañana, el omega estaba bastante desesperado así que al observar que cada vez iba amaneciendo y más pronto se hacía para que se fueran al entrenamiento se dirigió al baño para que tomará una ducha que seguramente lo pondría más tranquilo y quizás relajaria y calmaria un poco sus pensamientos, aunque desafortunadamente no había sido tal y como lo imaginaba, al contrario, el que sintiera el agua cayendo en su piel le recordada a aquel día en el que Lionel había ido a las regaderas de los vestidores a curarlo porque se había golpeado fuertemente la frente y había sido igual por estar pensando en el. Memo ya no podía hacer nada más que pensar y al mismo tiempo sentir como las lágrimas rodaban desde sus ojos hasta la mandíbula, las limpiaba con el dorso de su mano pero al parecer era inútil, porque cada vez salían más y más.

Cuando había salido de bañar no pudo hacer nada más que sentir como las lágrimas recorrían por sus mejillas, por más que trataba dormir aunque fuera un par de minutos no podía, pero tenía que descansar porque en una hora tendría entrenamiento.

Unos cuantos minutos después Memo había logrado dormir, pero había sido porque sus ojos ya estaban bastante rojos de tanto llorar.
Derrepente en su cuarto se escuchaba como alguien tocaba con desesperación la puerta.

—Guillermo, como es que aún sigues dentro, no mames te quedaste dormido— era Hirving e iba junto con Andrés para que Memo les hiciera caso a ambos y bajara a que se fueran. Guillermo se había olvidado por completo que tenían que irse a las 8:00 al entrenamiento, pues el estadio en el que entrenarán estaba un poco lejos del hotel en el que estaban hospedados.
—Abre Guillermo, que se nos va a hacer más tarde de lo que ya es— grito desde fuera Andrés, quería que Memo saliera lo más rápido posible para que no se les hiciera más tarde de lo que ya era.
—Voy— dijo Memo, aún estaba dormido pero estaba haciendo un gran esfuerzo al levantarse de la cama.

Al parecer si había logrado levantarse de la cama, pero había sido porque Hirving y Andrés habían estado tocando cada vez más fuerte la puerta y el ruido que emitía la puerta al golpearla le estresaba.

—¿Qué quieren los dos? ni siquiera me dejan dormir— dijo el guardameta aún dormido.
—¿Cómo que que queremos wey?, ya son las 8:10 y tu aún no sales— dijo Hirving, Memo siempre era el primero en llegar y el que ese día no estuviera antes que todos se les había hecho bastante raro, por ello es que habían mandado a Hirving y Andrés para que fuera a ver a Memo.
—Aparte, ¿Qué haces dormido aún? se supone que sabias que teníamos entrenamiento a las 9:00— dijo Andrés, no podía creer que a su compañero se le había olvidado por completo que tendrían entrenamiento a esa hora.
—ay es que no pude dormir toda la puta noche— dijo Memo mientras tallaba sus dos ojos para poder abrirlos.
—En lo que llegamos al estadio nos cuentas más a fondo, porque si no estos weyes nos van a dejar— dijo Andrés con bastante desesperación, los tres sabían que si se tardaban más de lo que ya estaban el director técnico, Gerardo Martino los dejaría allí.

Amor a Primer Gol  //  Messi x Ochoa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora