xiv.

88 9 0
                                    

A la mañana siguiente Jimin se despertó por el sonido en la cocina y el olor de la comida. Se estiró un poco y salió recibiendo una cálida bienvenida. Jamás se había llegado a imaginar que algún día esto sería su realidad. No dudó en ir a abrazarlo por la espalda y recostar su rostro ahí.

-Buenos días.

-Buenos días Jimin, espero que hayas descansado mejor.

-Mhm... -respondió el menor aun con algo de sueño pero tenía una sonrisa en su rostro. Estaba demasiado feliz.

-Estoy casi seguro que no desayunas pero yo no puedo empezar el día sin nada, así que puedes comerlo después o en menor cantidad, no tienes que preocuparte por eso.

-¿Por qué eres tan lindo?

Jungkook solo se rió algo avergonzado, no sabía qué le pasaba, ya no era un adolescente para avergonzarse por estas cosas.

-Mejor ve a arreglar la cama o algo, estoy cocinando.

El menor solo se rió y le dejó un beso en la mejilla antes de sacar los platos y cubiertos que estaban casi nuevos ya que no les había dado mucho uso desde que se mudó. Luego fue a la habitación para ordenar todo y llevar la ropa sucia al área de lavandería pero se encargaría de todo eso después. Se sentía muy bien no estar solo, por primera vez su apartamento se sentía cálido, con ese sentimiento característico de un hogar. Al regresar se sentó en su lugar esperándolo y cuando llegó recibió su plato que obviamente tenía una cantidad menor y lo agradecía. Era demasiado lindo que se tomara el tiempo de pensar en cómo hacerlo sentir cómodo. Siempre tuvo esos malos pensamientos, que al saber todo se alejaría sin dudarlo. No se atrevía a creer que no lo haría porque podría llegar a ser una decepción demasiado grande y jamás podría recuperarse de eso. No lo obligaría a seguir a su lado, sabía que era una persona difícil, demasiado complicada a decir verdad, habían muchas cosas que ni siquiera él estaba consciente de todo y no quería que Jungkook cargara con todo y terminar siendo un estorbo o algo así.

Cuando sintió una leve caricia en su mano se sobresaltó y se dio cuenta que se había quedado perdido en sus pensamientos.

-Lo siento... siento que perdí la práctica en convivir con alguien.

-No tienes que disculparte, si deseas podemos hablar o estar en silencio. Recuerdo que antes hasta se te olvidaba comer por todo lo que me contabas.

-No sé porque recuerdas esas cosas... es tan vergonzoso, era demasiado, no lo sé, nerd.

-No lo niego pero era lindo escucharte hablar de libros y todo eso. Creo que por ti generé un gusto a los libros.

-Que exagerado eres, tú también leías mucho, bueno, cuando no estabas como con tus cien parejas.

Jungkook se rió esta vez ya que no podía negar que tuvo muchas parejas durante estos años.

-Pero tú también caíste ante mis encantos.

Jimin solo se estiró para darle un golpe en el brazo y ambos se terminaron riendo. Se sentía bien, como si así debieron de ser las cosas siempre. Conforme comenzaba a avanzar el tiempo se iban sintiendo mucho más cómodos con el otro, debería de ser así pero era entendible que ahora las cosas fueran diferentes pero de una muy buena manera. Después de comer los dos limpiaron, bueno, más Jimin ya que Jungkook podía llegar a ser muy desordenado a veces. Al revisar que no tenía muchas cosas en el refrigerador le propuso que fueran a comprar y también pasar a su casa para llevar un poco de ropa al apartamento. Jimin claro que aceptó y después de un baño se subieron al auto del mayor y de primero pasaron a su casa. No fue difícil para Jungkook empacar algunas de sus cosas, ya que para ser sinceros no se sentía tan apegado a todo lo que conllevaba su vida en ese lugar.

𝐈𝐥𝐥𝐢𝐜𝐢𝐭 𝐀𝐟𝐟𝐚𝐢𝐫𝐬 | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora