2- Nerviosismo con olor a latte.

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-Buenos días.- El amable barista me sonrió.

Una mañana de sábado tranquila, no tenía trabajo ese día, ninguno de mis amigos disponibles. Solo una pequeña cafetería que abrió recientemente.

Conveniente.

-Buenos días.- Me acerqué a la barra, quitándome mi tote bag del hombro.

-¿Está listo para pedir?.- Su voz es tan amable que llega a embriagarme.

Volteé hacía arriba, viendo el menú.

Oh... El barista es muy guapo, ¿Debería pedirle su instagram?

Mordí mi labio y volví a dirigir mi mirada a la suya.

-Un latte por favor.- Sonreí, mientras sacaba mi cartera de la bolsa.

-¿Puedo pedir su nombre?, Se que no hay más clientes, pero es una formalidad que deseo emplear.- Sonrió.

-Claro, soy Roberto.- Le sonreí de vuelta.

Mientras el hombre tocaba algunas cosas en la pantalla táctil de su caja registradora yo pude analizar mejor el entorno.

Es más bello de lo que creí.

Luces tenues adornaban el lugar, velas como centros de mesa y flores por todas partes.

-¿Para llevar o tomar aquí?.-

Hice una pausa, para pensar.

No tengo nada más que hacer. No está de más quedarme aquí.

-Para tomar aquí, por favor.- Sonreí.

-Bien, Roberto, son treinta pesos.-

Abrí mis ojos por la sorpresa de tan bajo precio.

Le di el dinero exacto y entonces lo guardo en su caja registradora.

-Puedes tomar asiento donde gustes, te llevaré tu latte cuando esté listo.- Metió las manos en los bolsillos de su delantal café.

Asentí, para observar al rededor.

Hay una pequeña escalera, que conduce a otra parte del café.
Parece Alicia en el país de las maravillas. Tan... Fantasioso.

Detrás de esa puerta pequeña había un área un poco más grande, con un pequeño escenario improvisado (Solo una alfombra y un micrófono).

Tomé una de las mesas vacías y suspiré.

Escuché la máquina de café trabajar a lo lejos. Mientras que el olor de la leche caliente se apoderaba de todo el establecimiento.

Me siento como en casa. Como si haya encontrado mi hogar.

Las paredes rosas contrastaban con las mesas cafés. Pero aquel bello barista interrumpió mis pensamientos, caminando con una sonrisa en el rostro, para colocar mi taza de café en la mesa.

-Que lo disfrute.- Caminó suavemente de vuelta a su lugar.

Oh.

Tiene un bello dibujo en el latte. Un pequeño gatito con un corazón en el centro.

Sonreí ante tal cosita tierna. Para después sacar mi celular y tomarle una foto.

Ow, no tengo ganas de romper este dibujito.

Le di un sorbo, tratando de no dañarlo, pero no pude evitarlo.

Lamí mi labio superior, saboreando la espumosa leche que estaba encima.

One-shots ; SFW ; Robarca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora